Las cosas suceden, de una manera u otra. Disponemos de una estrategia, o al menos tratamos de conseguir ser alguien en las redes sociales. El uso de las redes sociales no debe limitarse sólo y únicamente a tener presencia, por el mero hecho de tenerla. Es fundamental que nos marquemos un objetivo, y que establezcamos o delimitemos lo que queremos conseguir. Y si habéis leído los artículos anteriores sobre cómo conseguirlo, tan sólo deberíamos de formalizar un par de cosas más para ponernos a trabajar como dios manda. Aunque nada está completamente dicho.

Sea cual sea la red social que escojamos para trabajar. Hayamos decidido apostar por una o por varias de ellas al mismo tiempo, hay una cosa que tenemos que tener muy claro y muy presente: hemos de buscar la colaboración con quienes nos relacionemos. Y siempre en función del tiempo que podamos dedicarle a cada una de ellas.

Es imprescindible que tengamos claro que las redes sociales son un medio, no el fin. Y que por lo tanto, hemos de utilizarlas como herramientas para conseguir lo que queremos. Por ello, es básico interactuar realmente con los usuarios. Más allá de los contenidos y comentarios que podamos generar de manera aleatoria.

Hemos de tener claro que para labrarnos una reputación, por encima de todo hay que demostrar que realmente conocemos y sabemos del tema. Deberíamos de consultar a diario nuevas fuentes de información. Deberíamos de intentar estar al corriente de las novedades que se produzcan en nuestra área de competencia. Está claro que lo que pretendemos, al final, es encontrar un empleo, establecer contactos de primer nivel, y fortalecer las relaciones profesionales. Pero para conseguir esto, hemos de ser creativos, y sobre todo, ser conocedores de las novedades que nos atañen.

La generación de comentarios tiene el mismo peso, o más, que cualquiera de los mensajes que podamos difundir. La participación en los grupos de discusión de redes como LinkedIn o Xing va a permitirnos darnos a conocer y que la gente nos quiera agregar por ser miembro activo de un determinado grupo.

Recordad que nadie que se quede callado será recordado por sus palabras, pero tampoco por su silencio. Así que es vital conocer tanto lo que es tendencia en los grupos a los que nos hemos suscrito (importantísimo hacerlo), como participar en ellos, aunque sea para escribir un simple “estoy de acuerdo con lo que acabas de decir”. Posicionarte a favor o en contra de algún comentario, defender o criticar alguna postura… Todo cuenta. Y si lo argumentas, con mayor razón.

De Twitter y de Facebook, mucho que decir. Estas dos redes sociales se han convertido en el paradigma. Ahora mismo también despunta Google+ (que, por cierto, si quieres una invitación no tienes más que pedírmela). Todo lo que se está desarrollando en cuanto a aplicaciones de terceros, gadgets y apps, circundan en torno al modo en que funcionan estas redes sociales por antonomasia. Y eso es porque las relaciones, pero sobre todo las relaciones humanas, mandan, y ahora más que nunca.

Es una paradoja, pero del todo cierta. En un mundo en que las relaciones interpersonales parece que brillan por su ausencia, hay una necesidad modal de estar conectados los unos con los otros, por el mero hecho de estar ahí.

Pero una vez que lo estamos. Y una vez que tenemos a esos amigos, conectados, es fundamental mantener el contacto directo. Hay que convertirse en contadores de historias. En informadores de actualidad. En comentaristas sociales. Cada uno de nosotros tiene el poder de transmitir información única y personal. Pero no porque sea la perteneciente a nosotros mismos; sino porque la vamos a vestir con nuestra propia esencia y la vamos a personalizar. La vamos a dotar de personalidad. Y eso es lo que tiene valor de verdad.

Cuando difundimos una oferta de empleo mediante el retwit. Cuando agradecemos un comentario positivo, o valoramos uno negativo. Cuando aportamos conocimiento a la red, desde cualesquiera de sus formas y medios… Siempre, siempre, siempre estamos haciendo que otros usuarios se fijen en la forma en que hacemos las cosas. Y esta manera de faire les choses, no tiene por qué ser perfecta, pero es nuestra y de cada uno. Y es lo que nos diferencia de los demás.

Cuando tenemos un objetivo (sea el de buscar empleo, por ejemplo) no hay razón para tener que estar anunciándolo todo el tiempo. Tampoco serviría de nada. La gente que nos siguiera ya sabría qué diríamos, y no atraeríamos mucha gente nueva a nuestro perfil. Pero si entablamos contacto, nos relacionamos, buscamos ofertas afines y las divulgamos. Si nos convertimos en correo y en parte interesada. Si interactuamos… Pasamos a ser parte a tener en cuenta en el proceso.

Veréis. Desde que comencé a divulgar ofertas de empleo desde mi twitter, las empresas y los usuarios han ido tomando conciencia de ello. Ahora sí que es cierto que busco y que retwitteo lo que veo, pero son más quienes directamente me citan o me remiten mensajes directos con información (que a veces aún no han comenzado a divulgar en la red) porque piensan que puedo aportarles valor, contactos y difusión.

A eso es a lo que hay que tratar de llegar. Por eso insisto tanto en que vale más lo que hacemos, y lo que la gente ve que hacemos, que lo que decimos que somos.

Aunque quizás, para ser fiel a mi propia filosofía, debierais de ver lo que hago y cómo lo hago, que creeros lo que os escribo. Así que os invito a seguirme.

@AntonioVChanal
Coach y Formador en Redes Sociales