La pandemia ha puesto en evidencia que la deslocalización puede ser muy poco funcional ante este tipo de escenarios. Por ello, el contexto actual demanda la relocalización de los lugares de producción. Las principales ventajas son que ahorra costes a la empresa, mejoran la economía del país y suponen una fuente de creación de empleo. El sector industrial, especialmente el textil y el tecnológico, necesita corregir las interrupciones en la cadena de proveedores.

Relocalización vs Deslocalización

La deslocalización de empresas que ha tenido lugar en la última década buscaba reducir costes de producción. Hay ejemplos tan famosos como H&M o Nike que fabrican en China e India. Sin embargo, la interrupción de la cadena de producción o supply chain por la crisis sanitaria de la pandemia ha dejado ver las fisuras de este sistema. La apuesta por volver a ubicar la producción en los países de las empresas se denomina relocalización. Aunque también puede suponer el cambio de una localización lejana a otra, como Apple que se traslada de China a Vietnam.

Los diversos problemas de suministro en el sector textil o tecnológico desde el principal proveedor mundial que es Asia, junto con los cierres de fronteras o las dificultades para la exportación, motivan a países como Turquía, Portugal o España a relocalizar sus lugares de producción. Esto implica una solución para la industria, pero también la posibilidad de creación de empleo. Los expertos afirman que esta no es una buena noticia para los trabajadores cualificados de Europa y EEUU, pero sí que supondrá la recuperación de empleos de cualificación intermedia.

Los servicios de call centers están volviendo de su deslocalización por otro motivos añadidos como las diferencias culturales y lingüísticas. Telefónica ha vuelto a traer a España este servicio. Por lo tanto, tanto la relocalización como la deslocalización tienen sus ventajas e inconvenientes. El contexto actual promueve la relocalización que mejora la economía interna del país y contribuye a proteger el medio ambiente al comercializar y consumir dentro de sus fronteras. Ahorrando además costes de transporte y sobre todo, tiempos de entrega.

El contexto actual demanda la relocalización de los lugares de producción

Soluciones para el sector industrial

La deslocalización u offshoring supuso una decisión estratégica coherente en un mundo globalizado. Pero ahora las razones que motivaron la salida de los espacios de fabricación, como el bajo coste de la mano de obra, han cambiado. Como ejemplo, los salarios en China, que se han incrementado un 15% en el último año.

Algunas de las ventajas que supondría la relocalización para la industria serían:

  • Evitar los largos periodos de espera motivados por las distancias o la falta de suministros
  • Aumentar la flexibilidad ante necesidades urgentes
  • Adaptarse al cambio en la dinámica de los mercados
  • Mejorar la calidad de los productos y de los servicios, al no estar en países lejanos
  • Disfrutar de los incentivos de los gobiernos que dan prioridad al mercado local

Pero, sin duda, el factor que más interesa a los departamentos de recursos humanos es la vuelta a la búsqueda del talento local. La disponibilidad de fuerza laboral en los países de origen y su contratación supone mejorar la reputación como marca empleadora.