Según el Instituto Nacional de la Seguridad de Higiene en el Trabajo, entre los riesgos y afecciones más comunes que sufren los trabajadores destaca una categoría relacionada con las condiciones psicosociales. Es aquí donde se encuadraría el mobbing, un problema que está más extendido de lo que podríamos llegar a pensar. Por ello, entender qué es el mobbing y solucionar el problema que supone en una compañía es determinante si no se quiere ver afectada la productividad y el buen ambiente.
Los primeros estudios sobre el mobbing laboral
Heinz Leymann, de origen alemán, fue el primer psicólogo que estudió el mobbing dentro del ámbito laboral en 1986. El término había sido acuñado con anterioridad por el Nobel de medicina Konrad Lorenz, que lo utilizó para referirse al comportamiento de determinadas aves que se agrupaban para atacar a otras con el objetivo de expulsarlas de su territorio. De este modo, el mobbing se definió como “hostigamiento o acoso”.
La Unión Europea define el mobbing como “un comportamiento negativo entre compañeros o entre superiores e inferiores jerárquicos a causa del cual el afectado es objeto de acoso y ataques sistemáticos durante mucho tiempo, de modo directo o indirecto, por parte de una o más personas, con el objetivo de hacerle el vacío”.
Las tres categorías del mobbing
Los especialistas en psicología han definido tres categorías de mobbing laboral atendiendo a las jerarquías a las que pertenecen las personas implicadas. De este modo, el mobbing puede ser ascendente, horizontal y descendente. En los tres casos, el objetivo es el mismo: lograr que el trabajador al que se dirige abandone la empresa.
El mobbing ascendente se produce cuando un trabajador de un rango superior es acosado por subordinados; el horizontal se da cuando el empleado es agredido psicológicamente por compañeros que están en su mismo nivel jerárquico mientras que el mobbing descendente lo sufre aquel trabajador que es acosado por un superior con el beneplácito de otros compañeros.
Cómo luchar y poner fin al mobbing en el trabajo
Los efectos que el mobbing laboral provoca en quien lo sufre son muy diversos. Entre ellos destacan la ansiedad, la depresión, los trastornos emocionales y cognitivos e incluso la invalidez.
Por eso, para solucionar este grave problema que se produce en el centro de trabajo, es muy importante la actuación del departamento de Recursos Humanos. Sus miembros debéis facilitar ayuda y apoyo psicológico para restablecer el daño causado en el trabajador, así como acudir a los tribunales para conseguir una condena para los acosadores. Asimismo, resulta vital identificar y mantener a raya a los empleados tóxicos.
También es muy importante que os centréis en la prevención a través de la creación de talleres informativos. Por otro lado, un ambiente de trabajo saludable previene esta práctica. Por ejemplo, si se elimina la competitividad extrema entre los trabajadores reducís el riesgo de que se produzca mobbing en el trabajo.
En definitiva, es vital que los departamentos de Recursos Humanos os adelantéis a estas situaciones y concienciéis a los trabajadores acerca del mobbing y sus consecuencias tanto para las víctimas como para los acosadores.