Para poder explicar qué es el micromanagement lo mejor es visualizar a una persona con un perfil dominante y dificultades para delegar, centrada excesivamente en los detalles, sin perspectiva y visión estratégica. En muchos casos, el micromanager es un profesional con un cargo directivo y excesivamente meticuloso.

Al micromanager le gusta que todo se haga según sus consideraciones, no se fía del trabajo de sus subordinados, y necesita controlar en todo momento qué están haciendo y cómo van a gestionar las tareas pendientes.

Por qué resulta peligroso el micromanagement

El micromanagement resulta peligroso porque genera inseguridades y temores entre los miembros del equipo. El micromanager no deja que los profesionales a su cargo desarrollen su capacidad de trabajo. Genera estrés en los subordinados y limita su creatividad.

Este exceso de celo en el control del trabajo del equipo tiene como consecuencia que los trabajadores reduzcan su rendimiento y, por tanto, su productividad. Al tiempo que el trabajo del directivo también se ve afectado, ya que dedica más tiempo a controlar el trabajo de los demás, que a sacar adelante sus tareas pendientes.

Ejemplos de micromanagement

El micromanagement se caracteriza por una insatisfacción constante. Los jefes que tienen este perfil nunca están conformes con los resultados. Buscan que las tareas se hagan a su modo, y quieren saber en todo momento dónde están los miembros de su equipo y qué tareas están realizando.

Un micromanager pide informes constantes del estado de los proyectos, y puede exigir que se le ponga en copia en todos los correos electrónicos de sus trabajadores, incluso en aquellos que tratan de asuntos de una relevancia menor.

Cómo evitar el micromanagement

Un trabajador que se tiene que enfrentar a un jefe de este perfil no puede desobedecer sus órdenes, pero sí puede reducir el nivel de control con algunas prácticas sencillas y efectivas, como las siguientes:

Anticipación y proactividad

Cuando el empleado se anticipa a las órdenes de su superior, ofreciendo informes detallados, le da margen para esquivar las situaciones de control al tiempo que se gana su confianza. A veces es tan sencillo como mandar un correo electrónico, comentando el estado de las tareas y las que tiene pendientes. La explicación proactiva evita un interrogatorio posterior, pero siempre hay que tener en cuenta que hay que ofrecer antes de que sea solicitada. 

Ofrecer alternativas

Ofrecer alternativas, como la posibilidad de hacer un trabajo sin supervisión para después ser revisado, es otra manera de anticiparse a las peticiones del micromanager. Hay que hacerlo de una manera asertiva, para que el superior no piense que el trabajador le está diciendo cómo tiene que realizarse el trabajo. 

Preguntar ante la mínima duda

Preguntar cómo hacer las cosas siempre será más sencillo que volver a realizar el trabajo porque el superior considera que no está hecho tal y como él quería, lo que inevitablemente supondrá una corrección posterior.

Una de las medidas más eficaces para recuperar la productividad, en un equipo dirigido por un profesional demasiado controlador, es hacerle ver qué es el micromanagement y cómo afecta al rendimiento y la productividad del equipo.

En muchos casos los jefes con este perfil no son conscientes de que su comportamiento está perjudicando el rendimiento de sus trabajadores. Al caer en la cuenta, pueden reducir su nivel de presión y dejar actuar más libremente al equipo, recuperando así su capacidad de liderazgo.