La implantación de las nuevas tecnologías (TIC) podría crear hasta 218.000 empleos en España de aquí a 2020. Además, implicaría un ahorro potencial de más de 600.000 millones de euros, a los que habría que añadir 65.000 millones más de nuevos ingresos, que se generarían mediante la creación de nuevos negocios. Estas cifras provienen del informe «Spain 20.20», elaborado por el Club de Excelencia en Sostenibilidad –una asociación empresarial formada por un grupo de veintidós grandes compañías que apuestan por el crecimiento sostenible– y diez partners.
Aunque se trata de previsiones, quizá son demasiado optimistas, teniendo en cuenta en qué situación está la economía del país. Los autores del informe aseguran que, para llegar a este panorama ideal, habría que invertir más de 137.000millones de euros y contar con «la voluntad y la valentía de la sociedad en general y de que se antepongan los intereses comunes a los individuales, con la colaboración a largo plazo de todos los agentes implicados», como ha asegurado Ingemar Naeve, presidente de la Comisión de TIC y Sostenibilidad del Club y presidente de Ericsson España.
Sin embargo, estas cifras parecen chocar con las previsiones de las autoridades económicas. Recientemente, el Fondo Monetario Internacional dijo que, en 2017, España todavía tendrá una tasa de desempleo del 20%, lo que daría al traste con algunas de estas previsiones.
Son muchas las instituciones, organismos y agentes que ofrecen previsiones sobre el futuro del empleo. Por ejemplo, Randstad prevé que durante la campaña de verano se firmen más de medio millón de nuevos contratos, un 2% más que el año pasado. Teniendo en cuenta que el empleo estacional de la campaña de verano se basa, en gran medida, en el turismo, hay un problema, ya que los indicadores del Banco de España han previsto que el sector continuará en el segundo trimestre la caída que ya había comenzado en el primero. En abril, la entrada de turistas no residentes cayó un 1,7%, y el número de pernoctaciones hoteleras de viajeros procedentes del extranjero bajó un 4,6%, según la Encuesta de Ocupación Hotelera. Al final, lo que hay que tener en cuenta es de que se trata de previsiones y, siempre, están sujetas al discurrir de la realidad.