A veces, parece que el trabajo siempre es intenso y estresante, y nunca hay tiempo para hacer pausas de descanso en el trabajo ¡Seguro que más de una vez te has sentido así!.
Es un error bastante común pensar que cuando nos sentimos agobiados, no hay tiempo para descansar. De hecho, muchos creemos que descansar cuando estamos ocupados es una forma ineficiente de usar nuestro tiempo.
Pero en realidad es todo lo contrario.
De hecho, los descansos nos ayudan a mantenernos concentrados. Somos humanos y nuestros cerebros funcionan mejor con picos de productividad más cortos, en lugar de periodos de concentración más largos y extensos.
Según los investigadores, el beneficio de hacer pausas de descanso en el trabajo es claro, estas pausas o incluso siestas en el trabajo nos mantienen interesados en las tareas, impulsan la resolución creativa de problemas y nos permiten centrarnos de nuevo y reevaluar nuestro trabajo.
En definitiva, estas pausas ayudan a estimular tu creatividad, a mantenerte productivo y motivado con el trabajo que estás realizando.
Además, se ha demostrado que los micro-descansos de entre 30 segundos y 5 minutos mejoran la agudeza mental en un promedio de un 13%. En vista de estos efectos positivos asociados a las pausas en el trabajo, está claro que las empresas deben alentar y propiciar dichas pausas a lo largo del día.
Cómo hacer pausas efectivas en el trabajo
Aunque existen muchas formas de hacer pausas, estos métodos han demostrado que sacan el máximo provecho de tu tiempo de descanso.
Técnica Pomodoro: Trabaja durante 25 minutos, descansa durante 5 minutos. Una vez que hayas completado este ciclo cuatro veces – date un descanso más largo de 30 minutos. Ten en cuenta que un descanso puede desviar tu atención hacia algo nuevo.
Este método se utiliza mejor con un temporizador y te ayuda a dividir las tareas en trozos más pequeños, para conseguir completar múltiples objetivos a lo largo del día.
Ritmo Ultradiano (Ciclo de Descanso-Actividad Despierto): Este método imita el ritmo natural de nuestro cuerpo. Consiste en sesiones de trabajo de 90 minutos, seguidas de 20 minutos de descanso. El objetivo es reconocer cuándo tu cuerpo necesita descansar y darte un tiempo programado para hacerlo.
Método 52:17: Siguiendo la línea y la ideología básica de los dos primeros enfoques, este proceso sugiere que trabajes con un compromiso del 100% durante 52 minutos y luego descansas completamente durante 17 minutos.
Durante los periodos de descanso a lo largo del día, puedes hacer cosas diferentes:
- Estirar: Hacerse un buen estiramiento (especialmente en el cuello y la espalda) ayuda a que el oxígeno fluya. El cerebro adora el oxígeno. Utiliza estos sencillos movimientos para ayudarte a moverte la próxima vez que necesites un descanso rápido.
- Dar un paseo: Levantarte y moverte físicamente puede hacer maravillas con tu creatividad. Un cambio de escenario puede ayudarte a encontrar esa solución que no conseguías descubrir delante del ordenador.
- Comer: Tu cerebro también necesita combustible para poder rendir al máximo. Por lo tanto, por qué tomar un almuerzo es crucial.
Como ves, hacer pausas de descanso en el trabajo tiene múltiples beneficios tanto desde el punto de vista del desempeño como desde el de la salud física y mental. Si aplicas estas técnicas verás que tu productividad incrementa y te sentirás más motivado en tu trabajo.