El acoso laboral también puede darse a través de micro-agresiones en la empresa que afectan a determinados trabajadores que son discriminados por distintas razones, como el género, el origen o su orientación sexual. Las víctimas derivan desde la exclusión hasta el estrés o la ansiedad. Ser consciente de los sesgos, desarrollar talleres de sensibilidad, fomentar equipos diversos e inclusivos, son algunas de las estrategias que pueden implementar para reducirlas. Recuerda siempre implicar a los directivos y mantener una actitud de escucha.

Cómo reconocer micro-agresiones en la empresa

Lo que no se nombra, no existe. Pasar por alto la denuncia de un empleado, minimizarla o no tomarla en serio implica un fallo en el liderazgo. Las micro-agresiones han sido definidas como ataques sutiles y cotidianos que excluyen a un compañero, señalando las diferencias para discriminarlo. Están basadas en estereotipos que ordenan el mundo en opresores y oprimidos.

El primer paso es asumir que todas las personas conviven con prejuicios. Tú también. No se trata de ideología o de mala intención, pero expresiones como “¿Dónde está el director general?”, preguntada a la directora, o “¿Tú de dónde eres?” a un trabajador con la piel negra o rasgos asiáticos, manifiestan sesgos machistas o racistas.

Estas señales son utilizadas para mostrar al otro la disconformidad con su comportamiento o su rol pero sin una actitud constructiva y pacífica. La violencia y el poder atraviesan estos actos injustos que van calando en la psique del afectado degenerando en estrés, pérdida de la autoestima y, por tanto, bajando su productividad. Lo habitual es que las víctimas de estas micro-agresiones sean perfiles competentes, resilientes, empáticos, en su mayoría mujeres entre 32 y 55 años y/o que formen parte de un colectivo “minoritario”.

Empleada que sufre micro-agresiones en la empresa por su género

Pautas para reducirlas

Visibilizar las zonas de conflictos laborales, lejos de la creencia popular, agiliza su disolución. Es imprescindible que los departamentos de recursos humanos y los liderazgos se impliquen para generar espacios donde se fomente la empatía. Consolidar al grupo y reducir el índice de rotación es una primera manera preventiva para evitar las agresiones.

En esta línea, puedes organizar talleres de escucha activa, sensibilización y de comunicación no violenta. Un equipo diverso es deseable para lograr atraer y retener al talento cualificado. Sin embargo, procura enfocar esas diferencias como fuente de enriquecimiento y no de exclusión. Ordenar al personal de manera poco jerárquica, es decir, atendiendo a los roles y capacidades más que a la antigüedad, por ejemplo, también es una buena vacuna.

Por otro lado, el daño de estas micro-agresiones se ve en el goteo constante diario. Si cada día que llegas a la oficina, los compañeros comentan tu vestimenta, nunca se sientan a tu lado, te interrumpen en las reuniones o susurran entre ellos mientras te miran, es imposible convivir con un buen clima laboral. Este es un ambiente de trabajo tóxico. Por eso, generar de manera periódica actividades de team building y encuentros fuera del contexto explícitamente laboral con acciones afterwork, mejora los vínculos sanos. El bienestar laboral es la condición de posibilidad para contar con empleados felices y, por tanto, más productivos.