La posibilidad de estar en contacto con nuestros conocidos, felicitarles por su cumpleaños o conocer cómo les va la vida, justifica el gran éxito de las redes sociales, a las que, gracias a su accesibilidad así como a las largas jornadas, los trabajadores se conectan cada día más en horario laboral. En concreto, según Nielsen Online, el uso de redes sociales en el trabajo se ha incrementado un 16% con respecto a 2008. El informe revela que los españoles llegan a dedicar una hora a la semana a estos menesteres. Un dato que podría ser positivo si atendemos los estudios que demuestran que la productividad de los empleados crece a medida que ganan libertad.

«Las redes sociales han pasado a formar parte nuestra vida y hay que entender que se pasa más tiempo en ellas», asegura Enrique Dans, profesor de Sistemas y Tecnologías de IE Business School. Por lo tanto, el acceso, dentro de unos límites, es totalmente normal. «Lo que hay que hacer es monitorizar el abuso. Que una persona tenga abierta una red social y de vez en cuando le eche un vistazo, a ver si hay mensajes nuevos, es perfectamente normal y hasta saludable. Sin embargo, a una persona que esté todo el día ahí metida y su productividad se resienta, habrá que decirle algo», subraya Dans.