Las cosas suceden, de una manera u otra.

Normalmente porque nosotros somos quienes provocamos que sucedan.

Con nuestros actos cotidianos.

Por nuestra forma de ser.

De actuar.

De comportarnos.

De relacionarnos.

Somos animales sociales.

Y nuestra necesidad es darnos a conocer.

¿Cómo?

Para empezar debemos de personalizar nuestro currículo, que no es sino nuestra carta de presentación para todas las empresas.

Y según los pasos que os voy a indicar, realmente habría poco que cambiar cada vez que se presentara uno a diferentes empresas.

Empezamos

Mi propia experiencia me ha llevado a cambiar muchísimas veces de formato. Aunque nunca terminaba de estar contento del todo. Sobre todo porque existe la premisa ‘no escrita’ de que lo IDEAL es que nuestro currículo no exceda de dos páginas máximo.

1. Lo primero que se ve en mi currículo es la presentación que hago de mi perfil profesional. Tres palabras que resumen lo que busco, quiero hacer y ofrezco en concreto para esa empresa. En mi caso, empiezo diciendo Formador, Coacher y Asesor. En grande y en negrita. Usando un tamaño suficiente que no deje que se vaya de una línea de texto. Si eres especialista sólo en un área de conocimiento, te recomiendo que tu primera frase lo describa: p.e. Formador en PRL.

El diseño es cosa vuestra.

Os adjunto una imagen para que veáis cómo queda mi cabecera.

La fotografía, prefiero ponerla alineada a la derecha. Y justo debajo de la frase de presentación, mis datos de contacto. Lo más escuetos posibles. No es plan (desde mi punto de vista) de dar a todos a quienes te dirigen, todos tus datos, si luego no te van a seleccionar. Creo que los datos más privados (como el DNI o tu dirección postal) son cosas que puedes dar en la entrevista de trabajo, si es que llegas a ella.

La razón de ponerlo de esta forma es la siguiente: imagina que vas a dejar un currículo a una empresa de formación que está en pleno proceso de selección de varios puestos. Normalmente todos los currículos van a una única pila de documentos en el que todos se arremolinan según van llegando.

Disponer de esta forma tu presentación supone que cuando la persona encargada de la selección busque uno en concreto (recuerda que normalmente se suele indicar en la licenciatura o en la especialidad), el tuyo se verá más rápidamente. Lo que haces.

La persona responsable, primero verá tu foto, luego se fijará en qué eres bueno y relacionará la imagen con ese dato, y finalmente buscará cómo contactarte justo bajo el encabezamiento.

2. Continúa definiendo tu objetivo o tus objetivos para el caso de que fueras seleccionado en la empresa. Éste dato va a ser de los pocos que tengas que cambiar en cada currículo que presentes, un poco orientado al puesto al que optas.

Te recomiendo que uses los verbos de la Taxonomía de Bloom, de los que ya he hablado anteriormente en este mismo blog. Léelos, y trata de encontrar uno o dos verbos que centren tanto el nivel de conocimiento que tienes sobre los temas de los que hables, como lo bien que lo harías de ser contratado.

Esto va a ayudar mucho al seleccionador, ya que sabrá de qué puedes ser capaz.

3. El paso siguiente complica un poco las cosas. Tienes que volver a utilizar los verbos de la Taxonomía de Bloom (es lo que te recomiendo) porque vas a centrarte en describir una serie de cualidades que, grosso modo van a decir lo que has estado haciendo durante el tiempo que has estado trabajando, en cada uno de los puestos ocupados.

A ver.

No se trata de enumerar cada cosa, sino de agruparla y condensarla.

Por ejemplo, si has estado llevando la administración (a nivel de papeleo) de una oficina, el archivo, la documentación… Qué sé yo… Puedes decir que tienes ‘alta capacidad de gestión y de organización orientado a la obtención de resultados, y a la mejora del rendimiento’.

Ya. Ya sé que no es cuestión de que todos los currículos sean iguales. Hay que tener inventiva y capacidad de resumen.

El otro día, comentaba este mismo tema con una amiga, y me vino a la cabeza el ejemplo de uno de los capítulos de los Simpson, en el que Marge, la madre de Lisa y de Bart, quería hacer algo más que ser ama de casa, y no sabía qué poner en su currículo. Lisa le echa una mano para maquillarlo y donde debiera decir ‘ama de casa’, escribieron algo del tipo ‘encargada de la administración doméstica’.

No se trata de engañar, ni de abultar lo que hagamos. Sino de describirlo correctamente y de forma que llame la atención y que sea general. Aplicable a varias áreas.

4. Lo siguiente es ya entrar en el meollo del asunto. Empezamos a contar nuestra formación. A mí me gusta diferenciar entre la educación reglada (universitaria: licenciaturas y máster), y la no reglada (cursos y postgrados de toda índole). Tampoco me gusta escatimar. Quiero decir, que busque lo que busque, o pidan lo que pidan, suelo incluir mi formación completa. Siempre ayuda al seleccionador a establecer un rango de conocimiento del candidato. Y la formación que complemente al puesto, siempre puede irte bien.

A mí me gusta listarlos en orden cronológico. De más reciente a menos reciente.

5. El paso siguiente es el natural. Dos apartados separados. Uno para hablar de mis conocimientos en idiomas, a ser posible indicando mi nivel hablado, escrito y leído. Y no os olvidéis del idioma materno (el español). Si es que sabéis hablarlo.

Luego los conocimientos en informática. No demasiado detallados, pero que quede claro el nivel de manejo de cada uno de ellos. Lo de describirlos en detalle lo podéis hacer más adelante.

6. Al hablar de la Experiencia me gusta organizarla por áreas y por orden cronológico luego. De forma que quien lo lea, vea de manera detallada dentro de cada campo de profesionalización, qué tipo de trabajo has realizado y durante cuánto tiempo.

Obviamente, lo mejor es empezar con el área de especialización que afecte directamente al puesto. Por lo que éste será otro apartado que debas de modificar a la hora de confeccionar tu currículo para cada puesto o empresa.

7. Lo de las Certificaciones profesionales sólo podréis incluirlo siempre que tengáis un certificado de las empresas en donde hayáis trabajado.

A ver.

Tenemos el ejemplo anterior, cuando hemos trabajado llevando la administración (a nivel de papeleo) de una oficina, el archivo, la documentación…

Bien.

En la certificación de empresa aparecerá el tiempo que has estado trabajando en ella. Por lo que sólo se suele tener en cuenta periodos de seis meses en adelante. Así que si trabajaste en alguna durante ese tiempo, o más, puedes pedirle a la empresa que te haga un certificado de aptitud en las áreas en las que trabajaste.

Según el ejemplo de la imagen, de haber usado el sistema operativo Windows, puedes solicitar que se te haga un documento sobre ese aspecto. O si manejaste alguna de las herramientas del paquete Office (MS Word, MS Excel…). Igualmente.

La idea es que no seas tú quien diga que sabes hacer determinadas cosas, sino que aportes un documento que respalde esa información. Es la mejor carta de presentación.

Éste es el apartado donde la información de tus conocimientos de informática o de idiomas queda ampliada.

8. Por último, llegamos al apartado más complicado de todos. Tus conocimientos. Además, vas a tener que lidiar con el diseño de la página para cambiar de una a varias columnas en función de lo que quieras incluir aquí.

La idea es que resumas en una palabra (tres, máximo) lo que te interesaría hacer en la empresa, lo que puedes hacer en la empresa, lo que puedes ofrecer a la empresa, y lo que sabes hacer.

De esta forma, el seleccionador puede ver de un vistazo en qué estás capacitado. Se trata de repetir información y condensarla en un único apartado. Lo ideal es que todos ellos se vean agrupados en el mismo sitio.

Que no salten de página.

Eso facilitará la labor del seleccionador.

Digo que se repiten los datos porque lo ideal es que hables de todo lo que has estudiado, trabajado y hecho, en eso, máximo tres palabras.

Si no puedes resumir algunas, no pasa nada. Lo importante es que aciertes con la descripción de lo que eres capaz de hacer.

Creo que ésta puede ser una buena aportación.

También hace que te centres y que focalices más tus objetivos, lo que buscas y lo que pretendes.

Y sobre todo, ayudas al reclutador o seleccionador a centrarse en lo que tú quieres que vea.

Ten en cuenta que son personas y que pueden llegar a leer muchos currículos al día. Que a fin de cuentas son vidas profesionales. Y que tienen que asimilar, analizar y determinar lo que mejor le convenga a una tercera empresas (casi siempre).

Así que, una mano más, nunca les viene mal.

Espero os sirva de ayuda.

@AntonioVChanal
Coacher y Asesor