El anuncio por parte del Gobierno de que podría penalizar económicamente a los funcionarios por una baja de incapacidad temporal ha vuelto a poner en primer plano el tema de las bajas por enfermedad en estos tiempos convulsos. La iniciativa –que el Ejecutivo podría aprobar este año– forma parte, según el Gobierno, de un plan para luchar contra el absentismo en el colectivo. De salir adelante, el plan incluiría que los funcionarios no cobren su salario íntegro durante los primeros 90 días de la incapacidad temporal.
Según las cifras, durante la crisis, los trabajadores han sufrido menos bajas, pero ¿qué se esconde detrás? Es cierto que con 5,6 millones de parados hay menos empleados y, por tanto, disminuye el número de bajas médicas. Pero también ocurre –al menos así lo aseguran algunas voces– que los trabajadores «aguantan» más. En efecto, el número de incapacidades temporales por cada mil trabajadores ha pasado de 27,4 en 2009 a 23,6 en 2011; así como la prevalencia o número de casos por cada mil trabajadores y el número de días de baja, según la Seguridad Social. ¿Las causas? Según el sindicato UGT son varias: la disminución de la población ocupada, la reducción de la siniestralidad, el incremento del número de efectivos de los facultativos del Instituto Nacional de la Seguridad Social, la agilización de la comunicación de los procesos y la formalización de convenios generales para el control de la incapacidad temporal entre la Seguridad Social y los Servicios Regionales de Salud.
Los facultativos añaden un matiz a estos datos: durante la crisis se ha producido una reducción de las bajas de corta duración –de menos de 10 días–, pero las de mayor duración no se han reducido tanto. Así lo asegura el doctor Antonio Iniesta, presidente de la Asociación Española de Especialistas de Medicina del Trabajo (AEEMET). ¿A qué se debe? «Las plantillas están más ajustadas y hay más presión por parte del sistema», dice Iniesta, y explica que si antes una baja por una gripe duraba diez días, ahora dura dos. «Las plantillas están muy apretadas y el tejido empresarial en España es muy pequeño, con una gran mayoría de pymes. Si coges una baja, dejas a tu compañero en un apuro», añade el médico.
Algunos expertos creen, además, que la crisis ha traído el miedo a los trabajadores y que también esto es una causa –aunque quizá con un menor impacto en las cifras– de que las bajas médicas hayan disminuido. Desde UGT aseguran que, en los últimos años, han aumentado los controles de las Inspecciones Médicas y de las propias Mutuas de Accidentes de Trabajo.
Pero, además, la presión de las empresas sobre los trabajadores se ha incrementado. «En lo que se refiere a las empresas, y gracias a la reforma laboral que incrementa el poder de dirección empresarial incluso en lo concerniente a la salud de los trabajadores, podemos afirmar que se están produciendo casos de una presión empresarial angustiosa sobre el trabajador enfermo, a través de la amenaza del despido, que se facilita con la reforma laboral», explica Carmen López, Secretaria de Política Social de UGT.
Presentismo y miedo
La consultora Adecco acaba de presentar el «I Informe Adecco sobre Absentismo», elaborado en colaboración con el IESE, FREMAP y la Universidad Carlos III. La principal conclusión del estudio también va por ese camino: «La crisis económica que sufrimos desde 2008 ha provocado una mayor presencia de los empleados en su puesto de trabajo, tanto porque se reducen las bajas por incapacidad temporal, como porque disminuyen las horas de vacaciones y festivos». ¿La causa? «El miedo a perder el empleo en plena crisis ha provocado un mayor interés por mantener la presencia física en el puesto de trabajo», explican los autores del informe.
También una estadística de la consultora Randstad pone el acento en esta cuestión. El documento refleja que ocho de cada diez empleados pasan más horas en el puesto de trabajo y seis de cada diez admiten que se quedan más tiempo en su trabajo solo por el miedo a perder el empleo, mientras que un 24% de los encuestados asegura que la falta de personal en su empresa es la principal causa.
Según Carmen López, de UGT, «habitualmente se habla del absentismo en un sentido general, incorrecto y equivocado, que engloba toda falta de asistencia del trabajador a su empresa». Y es que, mientras la incapacidad temporal se define como la situación en la que un trabajador –por causa de enfermedad o accidente– se encuentra imposibilitado para el desempeño de su trabajo y recibe asistencia sanitaria por parte de la Seguridad Social, el absentismo se entiende como la abstención deliberada o injustificada de acudir al puesto de trabajo.
«Es el facultativo de los Servicios Públicos de Salud o de las Mutuas de Accidente de Trabajo, en su caso, quienes tienen, en exclusiva, la potestad de prescribir la baja o el alta médica del mismo», dice la portavoz de UGT, y aquí incide en la que para muchos es la verdadera causa del ‘presentismo’: «Lo que está sucediendo en la actualidad es que el trabajador, por miedo a perder su puesto de trabajo, a ser despedido, ni tan siquiera acude al Servicio Público de Salud o a la Mutua, sino que continúa realizando su actividad laboral enfermo o accidentado, poniendo con ello en grave peligro su integridad física y su salud».