Las cosas suceden, de una manera u otra.

Las redes sociales se están convirtiendo en la herramienta por excelencia para la comunicación social.

Recientemente he podido tener acceso a un post de un usuario de Twitter, quien facilitaba un enlace en el que se podía tener acceso a una recopilación de redes sociales, en la que, además, se ofrece una breve (brevísima) información de cada una de ellas.

Desde mi punto de vista, una red social es un conjunto de páginas o sitios web en donde el usuario aporta o incluye información personal o profesional, con el objetivo de crear y establecer vínculos personales o profesionales con otros usuarios registrados en ellas.

Desde este blog de formación y de coaching, pretendo transmitiros la esencia y el secreto del funcionamiento de algunas herramientas aplicadas a la potencial búsqueda de #empleo.

Ante todo, una aclaración para quienes me leéis, pero sobre todo para quienes os pica la curiosidad de saber por qué siempre que utilizo la palabra #empleo la precedo del símbolo (#) almohadilla, no es más que por facilitar los términos de búsqueda a través de Twitter, cuando se publica alguna referencia en las líneas de tiempo o (TL).

Yendo al meollo del asunto, la mayoría de nosotros sabemos qué es Facebook.

Pero, por el contrario, no estoy tan seguro de que sepamos aprovechar al máximo el potencial que nos permite esta red social.

Inicialmente creada por Mark Zuckerberg como instrumento para favorecer el contacto y reencuentro de los antiguos alumnos de las universidades de Estados Unidos, Facebook se reinventó a sí misma llegando a ser una red en la que casi todo es posible, socialmente.

Y a nivel universal.

Pero no todo es crearse un perfil, incluir fotos divertidas y participar en los juegos sociales o en las aplicaciones de terceros que se crean casi cada día.

Sentido y sensatez

Darse de alta en cualquier red social implica una responsabilidad siempre.

Primero, porque estamos dejando al alcance de cualquiera una serie de datos personales que pueden ser utilizados inapropiadamente por personas ajenas a nuestra confianza.

Segundo, porque la facilidad y la sencillez con la que se generan nuevos contactos y amistades requiere de sentido común y de un análisis pormenorizado de para qué queremos pertenecer a esta red social: es lo que se denomina la importancia de ser aceptado por un grupo socialmente relevante para nosotros.

Lo habitual es que cualquiera de nosotros nos demos de alta en esta red social por lo que hemos oído de ella.

Que es un lugar en el que es fácil encontrar amigos con los que habías perdido el contacto hace tiempo.

Que es un lugar en el que te relaciones y puedes comunicarte con cualquier en tiempo real.

Que es un lugar en el que estás al día de muchas cosas, y donde además pueden invitarte a eventos exclusivos y otras efemérides sólo accesibles desde ella.

El quid de la cuestión está en este último punto.

Habitualmente, quienes somos profesionales en algún campo, o tenemos o pertenecemos a alguna empresa, no solemos ver más allá de nuestras narices… en un primer momento.

Hasta que alguien lo hace, por primera vez, y nos abre las puertas a un mundo fabuloso y lleno de riquezas (llamémoslas posibilidades).

Resumamos un poquito.

Podemos considerar a Facebook como:

1. Un lugar en el que ofrecer todo tipo de datos personales nuestros accesibles o no al resto de usuarios.

2. Un sistema de comunicación en tiempo real con otros usuarios.

3. Un sistema de correo, del que ya se está hablando que quiere contar con su propio servidor de correo, y así aprovechar al máximo el potencial de los mensajes que por el momento sólo son accesibles desde el perfil.

4. Un enorme repositorio de fotografías y álbumes fotográficos donde cualquiera puede ver las curiosidades que hacemos solos o con otras personas (usuarias o no de Facebook).

5. Un almacén de notas, textos y publicaciones propias o extraños.

6. Un listín de contactos.

7. Un jardín en el que terceras empresas se dedican a implementar aplicaciones de diversa índole y condición, que luego ponen a disposición de los usuarios para que los usen e interactúen entre ellos (normalmente solicitando previamente el acceso casi completo a las características de nuestros perfiles).

Si os fijáis, lo que nos permite Facebook es la unión de muchas y variadas cosas en un mismo sitio.

Y su finalidad última, no es otra más que la interacción de todos los usuarios en un único espacio, con independencia del tiempo y del contenido.

Cómo usar Facebook para buscar o encontrar #empleo

Más allá de las banalidades que ofrece esta red social, sí que hay una serie de elementos que fueron desarrollados para dar juego a las empresas.

Como es lógico, una red de estas características debe de encontrar una manera para financiarse.

El registro de usuarios es gratuito.

Y para que pueda serlo universalmente, han de existir vías alternativas de financiación, que no sean la de cobrar a los usuarios registrados o por registrarse.

Así, el primer paso dado por Facebook, fue aprovechar la cantidad de gente que tenía inscrita para ofrecer publicidad a empresas.

Publicidad que, para colmo, estaría ofrecida y mostrada a los usuarios en función de sus perfiles.

Publicidad bajo demanda ¡Waw!

Se conseguían así impactos no sólo más numerosos, sino también más precisos.

Sin embargo, ¿qué pasa si un usuario tiene una empresa y quiere aprovechar los beneficios de la red social para darse a conocer?

La solución (y el verdadero motivo de este artículo) fue la creación de las denominadas páginas de Facebook.

Con la creación de estas páginas se favorecía que los usuarios de Facebook pudieran disponer de un espacio para dar a conocer sus servicios profesionales, sin tener que abandonar sus perfiles sociales personales.

Vinculados a éstos, y administrados por los usuarios que los creaban, las páginas son el elemento natural con el que todo usuario de Facebook puede darse a conocer profesionalmente en la red de redes.

Su funcionamiento es muy sencillo.

De hecho, es muy similar (por no decir idéntico) al funcionamiento de un perfil personal, aunque en función del tipo de servicio que ofertemos, podremos contar con una descripción más o menos extensa dentro de nuestro perfil profesional.

Las páginas de Facebook son ideales para subir proyectos propios o proyectos que hayamos realizado para terceros (siempre que contemos con autorización para ello).

Desde ellas, podemos enviar mensajes a nuestros contactos de manera profesional (más seria).

Podemos administrar nuevas amistades, nuevas páginas que nos gusten…

Viene a ser como disponer de una nueva página de usuario, que hemos de volver a empezar a administrar, gestionar, llenar de nuevas imágenes (un book profesional), notas (o artículos profesionales)…

Todo viene a ser lo mismo.

En realidad, es exactamente lo mismo, pero visto desde la perspectiva profesional.

Puede resumirse diciendo que tendríamos dos (o más) cuentas (esto va a depender del número de páginas que tengamos creadas y que administremos), desde las que podremos contactar con todos nuestros amigos.

Puntualizaciones, aclaraciones, indicaciones…

– Cada usuario de Facebook puede tener todas las páginas que quiera.

– Cuando se tiene una página vinculada, es o bien porque uno mismo la ha creado y la administra, o bien porque su creador nos ha seleccionado como administrador, y por lo tanto podemos actuar como tal.

– Las páginas pueden ser para uso profesional o para cualquier otra cosa. No han de ser obligatoriamente para promocionar empresas o servicios.

– Cada usuario puede crear las páginas que quiera. Cada una de ellas tendrá amigos indistintos. Quiere decirse que habrá de relacionarse de nuevo con los usuarios de Facebook para ir agregando amigos a cada una de ellas.

– Como usuario de su perfil principal, se puede ir agregando o invitando a amistades existentes en dicho perfil. Se aprovecha la sinergia y los contactos que ya se tienen.

– Cuando actualizamos algo en nuestro perfil personal, no se actualiza en nuestra(s) página(s). Pero cuando actualizamos alguna de nuestras páginas sí que se actualiza en nuestro perfil (no en las demás páginas).

– Cuando actualizamos nuestro perfil personal, aparece nuestra imagen de perfil personal relacionada con el contenido descrito.

– Cuando actualizamos nuestra página profesional, en el muro de la página profesional aparecerá la imagen de dicho perfil junto al contenido del mensaje, pero en nuestro perfil personal, dicho contenido irá junto a nuestra foto personal.

– Cada página no tiene por qué ser igual a la anterior, ni contar con los mismos elementos de menú. Todo ello va a depender del tipo de negocio que se seleccione como principal, a la hora de crear ese perfil.

– La página profesional no puede ser vinculada a una cuenta de Twitter, aunque sí lo sea la de uso personal.

– Un reciente cambio de diseño, permite al usuario alternar de manera sencilla entre todas las páginas propias disponibles, desde el menú de configuración, en la parte superior derecha.

– Es aconsejable realizar un buen posicionamiento de las páginas. Para ello, recomiendo se actúe igual que lo haríamos en Twitter: ofreciendo comentarios y asesoramiento de manera altruista en nuestro muro, y difundiendo desde nuestro perfil personal (que será el que tenga mayor número de amigos) los enlaces a lo que se haya publicado nuevo en dichas páginas.

Qué tiene(n) que tener esa(s) página(s) profesional(es)

Desde mi punto de vista, lo primero que tenemos que hacer es definir qué es lo que queremos conseguir con la página que creemos.

Por ejemplo,

– Una persona que se dedique al diseño gráfico, puede usar esa página para subir diseños realizados, fotografías de objetos moldeados, incluir artículos propios o de terceros que versen sobre el tema…

– Una persona que se dedique a la comunicación, debería de subir sus artículos (completos o incompletos con enlaces a los lugares donde se hayan publicado), dar publicidad a esos sitios desde su muro, con el objeto de redirigir tráfico hacia allí…

– Un desempleado, debe, tiene la obligación, de subir todo aquello que sea de su creación (y de lo que tenga derechos de publicación), y además, comentar, escribir en su muro, opiniones, ideas, pulsaciones de la situación la laboral… Incluso dando publicidad a ofertas que haya leído y que puedan compartirse (lo mejor que hay en las redes sociales es dar, para recibir a cambio)…

Pero sobre todo, en la lista de contactos, agruparlos por afinidades, de modo que a la hora de remitir invitaciones de adhesión, se consiga, no ya el mayor número de personas seleccionadas, sino el mayor número de seguidores. Tened en cuenta que no por el hecho de enviar una invitación, tus amistades van a acertarla.

Hay más funcionalidades en Facebook.

De hecho se están creando constantemente nuevas apps (o aplicaciones) que interrelacionan con nuestros perfiles.

A destacar:

Me gusta. Cuando nos guste algo, distinguirá entre el perfil personal y las páginas que tengamos. Quiere decirse que nos puede gustar lo mismo, o no, en un sitio o en otro. Facebook ha conseguido separar lo personal de lo profesional de forma hábil.

Eventos. Ideal para promocionar presentaciones o eventos, entrevistas de trabajo (si nos atrevemos)… Cuando lo hagamos como página personal puede ayudarnos a ver el interés de la gente por determinadas cosas, por ejemplo, organizar una reunión en algún local propio u oficina para presentar a quien vaya lo que sabemos hacer (recientemente es lo que ha hecho un parado de centro Europa, creo).

Añadir Página a favoritos de… Esto puede verse como un inconveniente o como un acierto. Me explico. Cuando carecemos de páginas vinculadas, si agregamos una página de otro a favoritos, la vincula automáticamente a nuestro perfil. Pero cuando tenemos páginas creadas, entonces, al agregarla, hay que especificar a qué página hacerlo. Y en caso de tener una única página afín, el favorito se vinculará a ella. Éste es el inconveniente de tener una página. No tiene mucho sentido tener una página de diseñador gráfico, y ser fan de una página de Mr. Bean, por ejemplo. No tiene demasiado sentido. Así que hay que tener cuidado con lo que favoriteamos y dejamos de favoritear.

Hay más, pero dejadme que me lo guarde para futuras entregas.

De momento practicar con esto.

Desde mi punto de vista es muy útil para promocionarnos en las redes sociales y darnos a conocer como profesionales, buenos, fantásticos y competentes.

Recordar que una buena presentación vale más que mil palabras.

Como siempre, si tenéis cualquier duda, me lo comentáis.

A poco seguiré hablando de mejoras que vaya detectando en Facebook, y os tendré al tanto de lo que pueda haber de nuevo y que me llame la atención lo suficiente como para que pueda ser aprovechado en nuestra búsqueda de #empleo.

Carpe diem.

@AntonioVChanal
Coacher y Formador