Al sastre granadino Bere Casillas le cambió la vida saber hacer el nudo de la corbata… No, eso no es del todo exacto, más bien resulta incompleto. Empezamos otra vez. Bere Casillas sabía hacer un nudo de la corbata perfecto; lo que le cambió la vida fue querer enseñar este pequeño (o gran) arte a la gente, y utilizar para ello las redes sociales. Su primer video en YouTube con la demostración práctica recibió cientos de miles de visitas, y se ha dedicado a grabar más, siempre con información útil para los usuarios, nunca para intentar venderles un traje. De analógico y en la ruina en 2008, cuando le estalló la crisis en plena cara, a digital, y a remontar el vuelo mediante la difusión y la venta online de sus creaciones.
Innovar y tener cintura para abordar las cosas de manera diferente; hacer un uso adecuado del enorme potencial de Internet; que los errores sirvan para aprender, no para deprimirse ni desesperarse; escuchar a los clientes; perseverar. Casillas pone las primeras piedras (en el sentido constructivo, se entiende) de cómo ha de manejarse y cómo puede sobrevivir, mejorar, tener éxito, una pequeña empresa en estos tiempos convulsos. Su charla abre HomenajePyme, una jornada celebrada en Madrid que reúne a pequeños empresarios, emprendedores y autónomos.
El ex ministro y consultor Manuel Pimentel sigue, a continuación, con las recetas: una pyme no puede ser un zombi muerto en vida, que se mueve por inercia, o un dinosaurio que no ha sabido adaptarse y, por lo tanto, está condenado a la extinción; tampoco un turista, que da bandazos siguiendo modas pero sin que detrás haya una estrategia que lo sustente. “Una empresa ha de ser un caminante”, concluye. Con una trayectoria propia, meditada, labrada con esfuerzo, creatividad, talento, y, si es posible, aderezada con un poco de suerte.
“Hoy ya no existe el ordeno y mando, sino que intentas que todo el mundo participe”. Antonio Catalán, presidente de AC Hoteles by Marriot, transformó la filosofía de su compañía: el cliente es lo primero y siempre tiene la razón, faltaría más, pero los trabajadores han de sentirse cómodos y valorados, y han de formar parte en la toma de decisiones, que su opinión cuente. Algo tan sencillo (o no) como preguntarles a los camareros cómo consideran ellos que han de subir las maletas a las habitaciones, en lugar de que la dirección imponga cuál ha de ser el procedimiento. El escenario ha cambiado y no hay vuelta atrás, así que renovarse o morir, advierte Catalán. ¿Armas de supervivencia? Saber hablar, y escuchar, recomienda la coach Silvia Guarnieri. Aventurarse al exterior, aporta Agatha Ruiz de la Prada. Y, por qué no, como dice el cirujano y conferenciante Mario Alonso Puig, hacer gala de pensamiento positivo y buen humor.