Sonreír en una entrevista laboral ayuda a relajar la tensión y a mejorar el ambiente entre el candidato y el entrevistador, siempre y cuando no sea excesivo, porque puede generar una sensación de duda y desconfianza al empleador. El candidato debe plantearse si es conveniente contestar a las preguntas con una amplia sonrisa o responder con mayor propiedad y profesionalismo. 

Es cierto que una sonrisa abierta genera más empatía y permite relajar cierta tensión. La importancia de sonreír en una entrevista laboral es que se considera como un gesto de cortesía. Pero hay que saber en qué momento se debe hacer.

Cuándo sonreír en una entrevista laboral

Existen al menos dos momentos en que es necesario sonreír en la entrevista laboral. El primero va con el saludo, lo que ayuda a generar una primera impresión de empatía y confianza entre el entrevistado y el entrevistador.

Durante la entrevista, cuando se habla de temas corporativos, no es recomendable mostrar una sonrisa, todo lo contrario el interesado debe mostrar interés y profesionalismo. Por otro lado, si el entrevistador comienza a sonreír durante la entrevista, esto ayuda al candidato a relajarse y a sacar su auténtica personalidad. El cual resulta especialmente interesante para el reclutador, ya que puede reunir mucha más información.  

El segundo momento en el que no puede faltar la sonrisa es en la despedida. Por cortesía, cuando el candidato da las gracias por la oportunidad, resulta conveniente mostrar una sonrisa. De esta manera, él tendrá una grata percepción de la empresa en la que desee trabajar.

Cómo distinguir una sonrisa sincera

No hay una correlación clara entre sonreír y ser mejor candidato, si bien es cierto que el entrevistador lo valora como una habilidad personal que quizá tenga su peso en el ámbito profesional. Las personas abiertas y positivas suelen crear un buen ambiente de trabajo, algo necesario para un mejor rendimiento y productividad.

Para distinguir si la sonrisa responde a un rasgo de la personalidad o, si por el contrario se trata de una sonrisa fingida o forzada, el reclutador debe fijarse en si corresponde a una emoción sincera. Cuando una persona sonríe abiertamente, lo hace también con los ojos y con sus gestos faciales. En cambio, cuando alguien fuerza su sonrisa es bastante evidente y proyecta la imagen contraria a lo que está buscando. 

Sonreír en una entrevista laboral se considera, pues, necesario, pero siempre que se haga en el contexto de la conversación y en el momento adecuado. Una sonrisa a tiempo ayudará a calmar los nervios del candidato y a que la entrevista se desarrolle en el tono de distensión necesario para comprobar si la persona interesada en el puesto es, realmente, la mejor opción para ocuparlo.