Pasamos más tiempo con ellos que con nuestras familias y amigos, el problema es que no podemos elegirlos. Podemos negociar el sueldo o un cambio de puesto pero lo que no se puede negociar son los jefes o compañeros que vamos a tener y con los que vamos a pasar la mayor parte de nuestro tiempo. Randstad se ha planteado esta cuestión y ha realizado una encuesta para conocer a quien se preferimos como superior y como compañeros. Parece que los hombres salen mejor parados.

Un 30% de los encuestados frente a un 24% prefiere tener de jefe a un hombre antes que a una mujer. En este sentido, parece que los hombres se apoyan más que las mujeres, ya que un 33% de hombres preferiría tener de jefe a otro hombre, frente al 28% de mujeres que preferiría tener de jefe a una mujer.

El estudio distingue dos factores determinantes en la eliminación de la discriminación por género: la formación y la situación laboral. Cuanto mayor es el nivel formativo de los consultados, menos importancia dan al género del jefe, y viceversa. Destaca que hasta el 45% de personas sin estudios consultadas preferiría a un hombre como jefe si pudiera elegir, cifra que aumenta hasta el 51% si sólo se tienen en cuenta las respuestas de los varones.

El otro factor mencionado es la situación ante el empleo. Curiosamente, cuando las personas consultadas están actualmente trabajando, también son más abiertas y muestran mayor indiferencia entre tener como superior a un hombre o a una mujer.

En cuanto a la edad, destaca que los hombres son preferidos antes que las mujeres para ocupar una posición de mando en cualquier rango de edad, aunque los más jóvenes y los más mayores son los que se muestran más abiertos a la hora elegir el género de su jefe. Por el contrario, los que más apuestan por la diferencia de sexo son los hombres de entre 30 y 44 años, que prefieren hombres en un 32% de los casos frente al 19% de los consultados que prefieren a una mujer.

¿A quién preferimos de compañero?

Randstad también ha querido conocer si los trabajadores tienen alguna preferencia a la hora de compartir tareas con compañeros. Los porcentajes son similares al caso anterior y la mayoría reconoce que “le da igual” tener de compañero a un hombre o una mujer (un 50,60% de consultados). Pero, ahora los porcentajes se suavizan, del 30% que elegía a hombres como jefes ahora pasa a un 25,60%, mientras que se mantienen en un 24% el porcentaje de encuestados que prefiere a las mujeres como compañeras.

Pero tal y como sucedía con la formación, el empleo es un factor que elimina la posible discriminación hacia la mujer. Cuando el consultado está trabajando prefiere tener compañeras, en especial si las encuestadas con trabajo son mujeres. Esto indica que a medida que comparten experiencias laborales están más abiertos a la igualdad de género.

Liderazgo femenino vs liderazgo masculino

Las mujeres se han masculinizado a la hora de entrar en el mercado laboral. Todavía son ellas las que copan las jornadas reducidas y parciales, pero cada vez pueden elegir jornadas completas y optan a puestos de trabajo considerados tradicionalmente “masculinos”.

Sin embargo, a día de hoy, todavía se encuentran diferencias entre hombres y mujeres. Tal y como recoge el estudio de Randstad y Grupo Actual, “La personalidad del trabajador contemporáneo”, las mujeres demuestran más compromiso y están más orientadas a la tarea, es decir, presentan más responsabilidad por lo que hacen y un alto grado de sacrificio. Ellas también se caracterizan por ser más organizadas y prefieren un entorno laboral más estructurado, prestando más atención a los detalles.

Mientras que ellos tienen un pensamiento más teórico y ofrecen enfoques más estructurados y globales. Esto les permite tomar decisiones más rápidamente y al ser menos expresivos presentan una mayor contención emocional. Además, son más creativos que las mujeres y aportan mayor cantidad de soluciones originales.

Pero las mayores diferencias entre hombres y mujeres se presentan en su forma de liderar a los equipos. Los varones están interesados en alcanzar puesto de responsabilidad en la empresa, así como ser el centro de atención cuando surge la ocasión. Las mujeres directivas son más cercanas a sus equipos, gracias a su mayor involucración personal con sus trabajadores y prefieren posicionarse cerca de sus superiores.