Katarina Berg, jefa de RRHH de Spotify, ha acuñado el nuevo concepto de HR of Things, reformulando el término tecnológico «internet de las cosas (IoT)». Se trata de un giro copernicano en la gestión de equipos, donde las personas no son consideradas recursos sino colaboradores. La coordinación y colaboración entre los trabajadores, apoyada en el uso de las tecnologías, permite plantillas con capacidad de adaptación al cambio. Es hora de modificar los modelos de organización para basarlos en el capital humano.
¿En qué consiste el HR of Things?
Katarina Berg destaca como una de las líderes del área implicada en la innovación. Cuando usa la expresión que ha acuñado “recursos humanos de las cosas” está pensando en una nueva forma de hacer las cosas. O como anima el politólogo Alain Deneault en su libro Mediocracia: “trasciende los modos hegemónicos de organización; intenta establecer estructuras que se parezcan a nosotros. ¡Sé radical!” Se trata de mostrarse vulnerable, abriendo las alas para poder avanzar en estos entornos cambiantes.
La pandemia ha supuesto una interrupción de las inercias programadas. Pero a su vez, ha impulsado la transformación digital. La tecnología que reformula en su expresión es la del IoT, es decir, el internet de las cosas. Edificios inteligentes, dispositivos sincronizados y cruce de bases de datos. Ella apuesta por el trabajo distribuido, que consiste en no solo asignar tareas, funciones o proyectos a una persona, sino que tiene como objetivo la formación de equipos con un afán colaborativo, ubicado cada cual en cualquier zona geográfica.
La competición ahora no es solo entre las empresas para atraer y retener el mejor talento cualificado. Sino que también tienes que ganar frente a los deseos y expectativas vitales. Las compañías, para lograr transformarse, tienen que conseguir transformar a las personas que trabajan en ellas para convertirlos en líderes.
Giancarlo Livraghi, en su libro El poder de la estupidez afirma que: “Si cada persona (o grupo) se preocupa en exceso de su propio interés y no toma en consideración el efecto de sus acciones sobre los demás, se produce una decadencia general de la sociedad en su conjunto, de un modo en que los que se creían que eran muy listos, terminan por revelar su estupidez”.
Una nueva forma de pensar los recursos humanos
Ya no se trata de pensar en cómo gestionar un equipo humano, sino en el cómo se lleva a cabo esa gestión. Esta revisión aparentemente formal apuesta por el cambio, esto es, por la capacidad de transformar la realidad del capital humano. Para Katarina Berg en la era post-COVID hay una tensión entre el foco en el “nosotros” y la absoluta prevalencia en los proyectos del “yo”. La generación millennial sopesa qué importa más, y qué les define ante las decisiones laborales. Demandan libertad, flexibilidad, confianza y atención a su bienestar.
Lo llamativo es que, por encima de sus preferencias personales, está el formar parte de una comunidad. O de algo más grande que ellos mismos, un gran proyecto o una cultura corporativa. Muchas personas no encuentran valor ni motivación en el actual diseño de las organizaciones. La base de la gestión de los recursos humanos debe ser el cuidado, la atención y la empatía. Para Katarina Berg, si este es tu propósito, debes seguir trabajando en ello. Y si no están estos valores en la base de tu cultura, ahora es el momento de dar un paso atrás y revisarla. Un empleado no es un recurso a utilizar sino una persona con la que colaborar.