Las cosas suceden, de una manera u otra.

La pesadumbre, el desasosiego, la preocupación y el desamparo parecen ser las sensaciones generales que experimentan aquellos que vienen buscando un empleo desde hace bastante tiempo.

Y a quienes las alternativas parece que se van acabando al mismo ritmo que aumentan los deseos por encontrar una solución favorable a todo esto.

Somos testigos de cambios. Y en mi caso particular, soy además carabina de muchos que comparten conmigo sus testimonios en un intento esperanzado por encontrar una vía de escape a sus problemas y a sus decepciones.

La notoriedad que me ha proporcionado éste blog y del mío personal favorecen el hecho de que haya personas que se animen a escribirme sobre sus vivencias personales.

Hasta el punto de querer compartir conmigo sus experiencias positivas, pero sobre todo las negativas.

Es el caso de una profesional muy bien cualificada que, tras dieciocho años de experiencia en el campo del periodismo, ahora mismo se encuentra ante la incertidumbre de no saber qué hacer.

Su situación es parecida a la de muchos de nosotros. Profesionales sobradamente preparados, quienes nos vemos abocados a una realidad no deseada y, en muchos casos, paralela.

El problema empieza desde el mismo momento en que estamos trabajando.

Seguros de nuestra suficiencia, la mayoría solemos apostar por la autosuficiencia y la autocomplacencia, dejando a un lado lo importante de la formación continua para continuar nuestros quehaceres diarios con los que vemos satisfechas nuestras necesidades.

La formación es una actualización necesaria de conocimientos.

Un proceso que debe de darse tanto si estamos en nuestra fase laboral activa, como si nos vemos sumidos en un proceso de búsqueda proactiva de empleo.

En la momentos de incertidumbre como los que estamos siendo testigos, es cuando hay que saber aprovechar nuestras fortalezas. Cuando hay que hacernos valer.

Las redes sociales pueden ser un elemento de refuerzo para este objetivo. Pueden ayudarnos a conseguir mejorar nuestros conocimientos en determinadas áreas pero, sobre todo, pueden ayudar a conocer cuáles y por dónde van las necesidades y las tendencias del mercado. En un sentido general.

Me explico.

Ante el desánimo, constancia. Ante la falta de respuesta, insistencia

El principal problema con el que muchos nos enfrentamos es la falta de una salida plausible a nuestra situación por nuestros propios medios.

Quiere decirse que, de ser por nosotros mismos, y de contar con unos mínimos refuerzos económicos a nuestras espaldas, nos echaríamos al mundo por montera y tiraríamos para adelante, porque nuestra ilusión es la de seguir creando y generando valor añadido a las empresas.

El problema no es tanto nuestra valía como profesionales, sino que quienes los busquen o bien den con nosotros, o seamos capaces de despertar su interés como es debido.

A colación un ejemplo que precisamente estaba comentando ayer con una amiga.

No hace mucho, en concreto el pasado 15 de febrero, una empresa me respondía positivamente a mi candidatura para un puesto que había solicitado.

Mi perfil era apto para continuar a la siguiente fase, y al ser un puesto orientado al mundo de la web 2.o, quienes se encargaban del proceso de selección se permitieron la licencia de establecer una especie de concurso que midiera el valor añadido que cada candidato pudiera crear.

La sugerente idea dio pie a un aporte que publicaría en mi blog, como exigencia para poder optar a la fase final del proceso, o al mismo puesto ofertado, pero también como una nueva experiencia que me pareció divertida… En su momento.

Echando la vista atrás y viendo que, tras un mes de espera, quizás no haya pasado el segundo corte, ahora ya no me resulta tan divertido.

Pero, que me quiten lo bailao.

La verdad es que no existen fórmulas mágicas que determinen el modo de conseguir una cosa.

Mi opinión es que todo se consigue a base de una buena y planificada estrategia (de vida), y de una correcta gestión de las herramientas de que se disponga.

En más de una ocasión he defendido públicamente a través de este foro las ventajas del acceso a los cursos de formación, sean de la índole que sean: públicos, financiados, gratuitos, bonificados o de pago.

La formación, de hecho, no es un papel que certifique un conocimiento. Sino más bien una actitud que acompañe a nuestra experiencia y que la dote de valor.

Si bien es cierto que las empresas se fijan más en el timbre de una hoja de papel, en ocasiones es el tiempo el que pone las cosas en su sitio, y el savoir faire de los profesionales, el que pone a las personas en sus peanas.

Con ello quiero decir que sí, que es necesario contar con una formación reglada, adecuada y estructurada. Pero que no es indispensable que sea así.

Me explico.

De un tiempo a esta parte son muchas las voces que suenan en Internet y en derredor sobre las nuevas profesiones vinculadas a la web 2.0.

Si nos paramos a pensar, en silencio, estas carreras surgen como parte de una evolución obligada del desarrollo y de la fuerza que están experimentando las redes sociales.

Los profesionales, pero sobre todo, los cursos que empiezan a prodigarse sobre el tema, lo son como consecuencia de una serie de necesidades que van surgiendo, y que tiene que ser solventadas de una manera práctica.

Para cubrir las necesidades de las empresas.

Cada una tiene las suyas, pero todas convergen en una serie de características que serán comunes a todas, y que entronquen las materias sobre las que se definan, a partir de ahora, los cursos sobre dichos asuntos.

Las profesiones 2.0 son nuevas. Susceptibles a los cambios, mutables y en constante evolución.

De hecho no hay dos empresas que quieran lo mismo de las redes sociales.

Y por lo tanto, es complicado planificar una misma cosa con la que se pueda obtener un éxito idéntico entre una marca y otra.

Aquí la valencia viene dada por la capacidad de difusión de la propia marca.

La prevalencia, por la capacidad de gestión de quien lo tramite.

Con esto quiero decir, que para iniciarse o profundizar medianamente en el mundo de la Web 2.o basta con adoptar un carácter de observador activo (proactivo, diría yo), pero sobre todo participar activamente en las redes sociales.

De hecho, a una mayor preeminencia en ellas, hay una alta probabilidad de éxito y de notoriedad aparejada.

Quiere decirse que cuando utilizamos adecuadamente las redes sociales, nosotros mismos nos convertimos en marca de referencia, que podemos explotar y aprovechar para nuestros propios intereses.

Las redes sociales como instrumentos del cambio

Nos encontramos ante etapas en las que debemos de sobresalir y destacar por encima de los demás.

Cada uno de nosotros somos especialistas, buenos profesionales, en campos que nos distancian y diferencian del resto.

No hay dos personas que trabajen de la misma forma, ni que puedan aportar lo mismo a un igual puesto de trabajo.

Por lo que la dificultad reside en averiguar qué es lo que puede interesar a la empresa y que tengamos nosotros, para ser seleccionados.

Y ahí es donde residen nuestra fortaleza y nuestras oportunidades.

Hemos de ser conscientes de que las propias empresas también están a merced de la incertidumbre del mercado.

En mis propias carnes he experimentado el haber sido seleccionado para dos puestos de trabajo (de formador) y no haber podido empezar a desempeñar mis tareas porque no fue prorrogado el contrato con la empresa anunciante.

Y de hecho, sigo estando en cartera, o en bolsa, a la espera de que se renueve o se soliciten de nuevo dichas prestaciones.

Pero no me rendí.

Lo mejor de las situaciones desesperadas es que sacan lo mejor de nosotros mismos. 

Decía que la formación en cualquiera de sus vertientes (bonificada, gratuita, pública, financiada, o de pago) es una respuesta muy buena.

Aunque en función de lo que elijamos, podremos optar a un curso que se adapte mejor o peor a nuestras necesidades. Y no todo el mundo puede permitirse abonar los precios que se piden por algunos cursos de Community Manager o relacionados.

De otro lado, existe la posibilidad de apostar por la autoformación, participando activamente en las redes sociales, y creándonos nuestra propia marca y nuestra reputación online.

No hay mejor manera de ser alguien, que tratando de serlo y no morir en el intento.

Y mientras haya vida, siempre hay esperanza.

Ésta es una de las motivaciones de por qué siempre os sugiero e invito a que aportéis comentarios a cualquiera de los aportes que se hagan en este o en otros blogs.

Además de porque vale tanto una nota sobre lo que alguien haya escrito, como lo que nosotros podamos aportar por nosotros mismos.

Sólo nosotros tenemos la llave de nuestro futuro.

Tan sólo nos queda encontrar la forma de hacer que encaje en la ranura de la puerta de nuestro destino.

@AntonioVChanal
Coach y Formador