Con el auge de la transformación digital, se hace necesaria una nueva clasificación de las habilidades, más allá de duras o blandas. El tiempo que son vigentes permite categorizarlas en habilidades duraderas o perecederas. Estos indicadores presentan ventajas a la hora de seleccionar personal. Las skills más valoradas en la actualidad son aquellas que no pueden ser sustituidas por los avances tecnológicos, como el liderazgo. Y son transversales sin estar vinculadas a un puesto.
¿Qué son las habilidades duraderas?
La clasificación en habilidades duras y blandas corre el riesgo de incurrir en el mismo sesgo de la clasificación entre ciencias y humanidades. O dicho de otra manera, de la distinción entre saberes cuantitativos y cualitativos. Aunque esta categorización sirva para dibujar un panorama general, en cuanto que trabajas con ella saltan a la vista sus limitaciones. Que no sea fácilmente medible no implica necesariamente que no sirva a los objetivos de la compañía. De ahí, que el actual mercado laboral volátil busque otra forma de referirse a las habilidades deseadas en los perfiles que quiere contratar una empresa.
Esta nueva nomenclatura no tiene tanto que ver con ese afán de buscar formas diferentes de referirse a lo mismo, sino con aquello de que el lenguaje es el vehículo del pensamiento. El éxito de un proceso organizacional depende en gran medida de la capacidad de análisis e interpretación de los elementos que hay en juego. Del mismo modo, el reclutamiento necesita indicadores y criterios que le resulten eficaces. Así surge esta distinción entre habilidades:
- Perecederas: aquellas que tienen vigencia durante dos años, aproximadamente, como la garantía de los equipos electrónicos. Son las relacionadas con saberes tecnológicos, como lenguajes de programación, uso de plataformas o protocolos y soluciones informáticas o el nivel de un idioma.
- Duraderas: se estima su operatividad en más de siete años y están relacionadas con la gestión de proyectos, comunicación o liderazgo. Son habilidades transferibles, es decir, no necesariamente vinculadas a un puesto en particular.
Redefinir las skills para ser resilientes
El avance de la tecnología ha supuesto un ahorro de costes para las empresas, por ejemplo con el progresivo trabajo en la nube. Sin embargo, las máquinas o la inteligencia artificial aún presentan muchas limitaciones. Precisamente ese margen es donde se encuentran las skills más valoradas en la actualidad. Dicho de otra manera, las habilidades que más buscan los reclutadores son aquellas que no pueden suplirse con tecnología.
Para que la empresa sea resiliente y competitiva, la fuerza laboral es clave. Por eso, los departamentos de recursos humanos están creciendo y progresando de manera acelerada. Uno de los cambios tiene que ver con los criterios de selección. Con esta nueva clasificación, los reclutadores buscan esas habilidades duraderas que no son tan fáciles de encontrar. La atracción y retención del talento, no solo tiene que ver con el conocimiento técnico de una herramienta particular, sino con rasgos como el liderazgo o la capacidad de comunicación y gestión de equipos. Consolidar una plantilla es la manera más eficiente de alcanzar los objetivos estratégicos.