Un aspecto que contribuye a mejorar la motivación del personal son las conocidas políticas de incentivos en nómina. Gratificaciones, bonus o tickets restaurante se suman en determinados momentos al salario mensual, generando beneficios mutuos tanto a la empresa como al empleado. En este artículo analizamos cuáles son esos incentivos para empleados, las ventajas que aportan en la relación laboral y la forma correcta de implantarlos en la estructura salarial de la empresa.
Tipos y características de los incentivos en nómina
Incluir incentivos o beneficios en la nómina tiene como principal objetivo premiar y recompensar la productividad, el compromiso o la eficiencia laboral de un trabajador, ya que no son obligatorios. Además, no debemos confundirlo con las fórmulas existentes de retribución variable, que suelen formar parte del salario habitual. Algunos incentivos son más habituales que otros, pero como norma general, la gran mayoría de las empresas utilizan estas bonificaciones laborales en algún momento.
Podemos distinguir dos grupos principales de incentivos:
- Incentivo de tipo económico: cantidades monetarias que las empresas incluyen en la nómina de sus trabajadores por haber alcanzado algún tipo de objetivo. O para gratificar algún aspecto cuantificable anteriormente pactado. Por ello, el abono dependerá de dicho acuerdo y puede realizarse de forma mensual o por períodos más amplios. En este grupo se incluyen los siguientes incentivos:
- Gratificaciones extraordinarias: por una labor destacada del empleado.
- Plus de productividad: en relación a la consecución de un objetivo, generalmente anual.
- Prima o bonus anual: comisiones por beneficios de la empresa.
- Porcentaje de aumento salarial: calculado sobre el salario bruto.
- Incentivos no económicos: no son monetarios, pero también sirven para recompensar al empleado. Forman parte de lo que se denomina el salario emocional. Entre ellos, destacan los siguientes:
- Formación personalizada: destinada a mejorar la cualificación de cada empleado de forma particular.
- Tickets restaurante: para suplir los gastos de comida de forma mensual.
- Medidas de conciliación y flexibilidad horaria: como el aumento de los días de teletrabajo o la implantación del concepto de home office.
- Ascensos: reconocimiento del esfuerzo a través de la promoción laboral de los empleados.
Las recompensas retributivas en la nómina
Es necesario que exista una concienzuda gestión de nóminas y una planificación de retribuciones en la empresa. La implantación de una política de compensación y recompensas a la plantilla no puede ser igual en todas las compañías, ya que los objetivos deben ser establecidos por cada empresa y, por tanto, también el tipo de gratificación.
Sin embargo, está demostrado el beneficio de este tipo de políticas implantadas desde RRHH aporta al conjunto de la organización, por lo que son muy recomendables. Estos beneficios, además, son recíprocos y generan una retroalimentación entre empresa y trabajador muy beneficiosa.
Algunos de las principales ventajas serían las siguientes:
- Aumento de la productividad
- Reducción del absentismo
- Incremento del sentido de pertenencia a la empresa
- Retención de talento
Por último, es importante recordar que las bonificaciones extraordinarias de tipo económico deben aparecer situadas en la nómina en la columna de los devengos, e inmediatamente después de las retribuciones salariales. Estos incentivos son complementos salariales y, por lo tanto, cotizan a la Seguridad Social y tributan en el IRPF del trabajador.
De igual forma, es conveniente tasar económicamente aquellas retribuciones no dinerarias para poder incluirlas en nómina. Si están por debajo del precio de mercado, se considerarán salario en especie, y cotizarán según lo que estipule la normativa para ese tipo de salario.