En las empresas, continuamente hablamos de procesos, procedimientos o de planificación estratégica. Pero, para que todo esto funcione y tenga éxito, es fundamental una buena comunicación. El concepto de comunicación efectiva va un paso más allá en las relaciones personales en las empresas. Entra en juego la asertividad y, sobre todo, la escucha al otro. En este artículo hablamos de cómo fomentar la comunicación en la empresa con procesos de formación interna.

Qué es y qué aporta la comunicación efectiva en las empresas

Una comunicación interna efectiva implica aspectos como la empatía, la comprensión y la claridad en la transmisión de los mensajes. Por tanto, la relación entre emisor y receptor no es clásica, no debe ser únicamente unidireccional.

Cuando transmitimos un mensaje corporativo, un encargo de trabajo o un objetivo a nuestros, debemos tener en cuenta en todo momento al receptor. Sus características personales, las posibles emociones que dicha información puede suscitar en él y, por supuesto, comprobar que se ha recibido la información así como conocer la valoración que se hace de la misma. De igual forma, el medio y el canal que utilicemos serán también determinantes.

Si manejamos con empatía y asertividad estos elementos podemos hablar de un proceso de comunicación efectiva en la empresa. Unos procesos comunicativos sanos y efectivos, mejorarán ostensiblemente las relaciones entre las personas que conforman las empresas.

Algunos de las consecuencias inmediatas que tiene la comunicación efectiva en la empresa son:

  • Aumento del valor de pertenencia a la compañía: el empleado se siente escuchado y valorado por lo que su implicación se retroalimenta con esta situación.
  • Mayores tasas de rentabilidad y productividad: las órdenes de trabajo y las tareas que deben acometerse llegan con claridad y se solucionan rápidamente los obstáculos que puedan aparecer.
  • Disminución de problemas personales: la bidireccionalidad permite que afloren dificultades entre las personas y que puedan expresarse con libertad para tratar de solucionarlas.

 

Formar equipos altamente comunicativos

No obstante, conseguir establecer un proceso de comunicación de este tipo en el día a día no es nada sencillo. Como norma general, las personas aportamos a cualquier proceso de intercambio con otra persona muchos elementos tóxicos particulares. Nuestro estado de ánimo, nuestros prejuicios, nuestras pocas o muchas habilidades sociales…todo influye para entorpecer o facilitar la comunicación.

Por ello, las empresas apuestan cada día más por ofrecer a sus empleados herramientas formativas que les aporten un mapa conceptual, un diagrama claro en estas situaciones concretas. Los planes de formación de las empresas deberían contener, por tanto, cursos relacionados con la comunicación asertiva, las habilidades de negociación, la redacción o las presentaciones eficaces, entre otros ejemplos.

No debemos olvidar el importante papel que juega la dirección en el proceso. En este sentido, la formación en liderazgo empresarial resultará también esencial para llegar a ejercer ese papel de forma eficaz y comprometida, con una actitud asertiva y empática, que provoque el cambio en el resto de la organización. Existen estudios de Postgrado o de Máster en Comunicación Corporativa y Estratégica que ofrecen a la dirección o a los trabajadores las herramientas necesarias para llevar a cabo una política de comunicación interna correcta.