Más allá de ser un trámite administrativo, el proceso de onboarding puede marcar la diferencia en la productividad, la satisfacción y el crecimiento profesional de los nuevos talentos. Te contamos cómo diseñar buenas estrategias de onboarding, que sirvan no solo para acelerar la integración del empleado, sino también para sentar las bases de su desarrollo profesional dentro de la compañía.
Contar con planes personalizados y mentores
Lo primero que hay que tener en cuenta es que cada nuevo empleado llega con diferentes experiencias, conocimientos y expectativas vitales. Lo que hace necesario que esas estrategias de onboarding puedan contar con una versión personalizable para cada caso.
Adaptar el proceso a cada rol y persona permitirá identificar las habilidades previas del empleado, y establecer objetivos de desarrollo a corto y medio plazo para su posición en concreto.
Asimismo, también hará más fácil detectar si cuenta con alguna carencia, y proporcionarle la formación y herramientas que necesite para desempeñarse con éxito en su nuevo entorno laboral.
Uno de los métodos más efectivos para facilitar la integración de los nuevos empleados es contar con un mentor o buddy. Se trata de una persona que acompaña al recién incorporado y le sirve de guía y apoyo durante un tiempo.
Un mentor experimentado que facilite que el nuevo colaborador entienda mejor su rol y sus responsabilidades dentro de la empresa, además de fomentar su confianza y adaptación a la cultura de la empresa, y acelerar su curva de aprendizaje.
Ofrecer feedback y capacitación continua
El onboarding no debe limitarse a las primeras semanas. Dar la oportunidad de realizar revisiones periódicas (feedback) del trabajo realizado, puede ayudar a los nuevos empleados a comprender sus fortalezas y áreas de mejora, permitiéndoles avanzar en su desarrollo. Para ello, se recomienda organizar encuentros semanales, implementar encuestas de satisfacción y evaluaciones de desempeño, así como generar espacios abiertos para recibir sugerencias.
A su vez, es importante también ofrecer a los empleados formación continua. La posibilidad de acceder a cursos online, capacitaciones internas y talleres prácticos, para el desarrollo de habilidades técnicas y blandas, permitirán su crecimiento profesional.
Además, los planes de desarrollo individualizados facilitan un progreso estructurado dentro de la organización, asegurando que cada empleado alcance su máximo potencial.
Fomentar el sentido de pertenencia
Desde el primer día, es clave involucrar a los empleados en tareas y proyectos reales. Esto les permitirá aplicar sus conocimientos de inmediato, generar confianza en sus habilidades y sentirse parte del equipo.
Además, esta estrategia puede reforzar también su sentido de pertenencia y compromiso con la empresa, acelerando su contribución al éxito de la organización.
Asimismo, toda buena estrategia de onboarding debe enfocarse en la creación de lazos entre los empleados. Fomentar la inclusión y la colaboración es vital para el compromiso laboral. Estas son algunas acciones que se pueden llevar a cabo para alcanzar este objetivo:
- Organizar eventos de bienvenida y actividades de team building
- Crear grupos de afinidad y redes internas de apoyo
- Mantener canales de comunicación abiertos y accesibles
Medición y mejora de las estrategias de onboarding
Por último, para saber si el programa de onboarding está resultando efectivo, es imprescindible medir los resultados de las acciones que se realizan, a través de diversos indicadores clave.
Evaluar regularmente el proceso permitirá realizar los ajustes que se necesiten para optimizarlo. Estos son algunos de los aspectos que deberían medirse de forma continuada:
- Nivel de satisfacción de los nuevos empleados
- Tiempo requerido para alcanzar la plena productividad
- Retención del talento en los primeros meses
- Impacto en el desempeño individual y del equipo