Antes de que suceda, conviene tener un plan por si hay que cerrar la empresa ante un acontecimiento inesperado o planificar el cierre por jubilación. La estrategia de salida puede tomar la forma de transferencia a un familiar, fusión, oferta pública inicial (IPO) o liquidación. Cada una presenta ventajas e inconvenientes pero todas tienen que ser previstas desde el inicio. Recuperar la inversión y ganar prestigio es clave.
Opciones para la estrategia de salida
Existen múltiples razones por las que una empresa decide o se ve en la obligación de finalizar su proyecto. Puede ser por una gran crisis, por jubilación o porque decida apostar por otro negocio. De las formas más comunes entre los planes de salida, ninguna es perfecta, todas tienen sus ventajas y desventajas. Esta lista de opciones puede ayudarte a tomar tus propias decisiones y así también poner en valor la importancia de elaborar este plan o estrategia de salida:
- Transferir la empresa a un miembro de la familia. Procura que todo el proceso sea transparente revelando los pasivos y la rentabilidad de tu negocio previamente.
- Vender a algún empleado clave o a copropietarios.
- Utilizar el plan de propiedad de acciones para empleados (ESOP).
- Vender a un tercero externo.
- Participar en una oferta pública inicial (IPO). La salida a bolsa suele ser la más beneficiosa porque libera de la propiedad, obtiene capital adicional y aporta prestigio.
- Fusión. Pueden ser de distintos tipos: horizontal (pertenecen al mismo mercado), vertical (forman parte de una misma cadena de suministro), conglomerado (no tienen nada en común), ampliación (venden los mismos productos pero compiten en sectores diferentes) y extensión (los productos conviven juntos para ganar mayor beneficios).
- Liquidar. La quiebra es la que tiene la peor consideración. Solo ganas dinero con lo que puedas vender y pierdes clientes.
Entre los motivos por los que la estrategia de salida es necesaria para tu empresa cabe destacar por un lado, lo imprescindible de contar con un plan B y, por otro, para atraer la inversión. Para lograr una salida exitosa en primer lugar crea una lista de posibles compradores, define los criterios de valoración y organízalos jerárquicamente, facilita un calendario, necesidades financieras y delega en responsables para cada una de las áreas.
Comienza pensando en el final
Las posibles decisiones que cambien el rumbo estratégico de la empresa tienen que ver tanto con la misión y la visión como con este plan de salida. Lo ideal es que ya esté incluido en el diseño inicial, porque cerrar una empresa o transferirla es un proceso que puede durar años. Quien sea el propietario del negocio tiene la responsabilidad de comenzar a pensar en este final mucho antes de una salida anticipada. Algunas de las tareas que necesita realizar sí o sí son:
- Prepara a la compañía para una venta exitosa.
- Asegurarse de que todos los procesos estén documentados.
- Preparar las declaraciones financieras para hacerlas públicas.
En el caso de una startup, necesitas igualmente o más plantear como será la salida. Los inversores buscan ganar dinero y el exit de una compañía es una buena alternativa. No se trata de pensar en que todo va a salir mal ni mucho menos. El objetivo es considerar como recuperar tu inversión en todos los escenarios posibles y de paso contemplar cómo conseguir recuperar su inversión a los que han apostado por tu proyecto previamente.