Detrás del soplete, el mono de trabajo y la mascarilla, esta trabajadora portuguesa se afana para dar los últimos retoques a una imagen de la Virgen de Fátima. La fabricación de estas estatuillas se ha reforzado con motivo de la visita del Papa Benedicto XVI, la quinta vez que un pontífice acude al país luso. El momento álgido del recorrido, que comenzó ayer y llegará a su fin el próximo viernes, se producirá mañana con la llegada del Papa a la ermita de Fátima, un acto que coincidirá con la fiesta dedicada a esta virgen y que se espera que congregue a más de medio millón de fieles. Además de la fabricación de más imágenes, las autoridades han anunciado que las calles serán perfumadas con aroma de limón.