Por Jorge Salinas, fundador de Atesora

Finalmente, al unísono (gobierno y sociedad) han asumido que estamos en una situación económica realmente muy complicada. Durante estos largos dos años se han hecho todo tipo de fintas y planteamientos. El problema es que han adolecido de una gran “carga política” pero han carecido de la visión y praxis necesaria.

Se han regulado una serie de medidas que pretenden solucionar los males de la economía española, inmersa en la realidad global y sobre todo en la de la Unión Europea, que obliga a estados como España, Portugal y Grecia a un mayor esfuerzo, ya que su situación se considera mucho más delicada y la contaminación al resto de la UE es evidente y temida.

Ciertamente, todavía falta “grandeza” y objetividad para atacar los grandes cánceres globales y locales: la realidad financiera con problemas endogámicos estructurales (llámese ley de cajas o de valoración de activos o endeudamiento por compra de deuda publica…), falta de flujo crediticio y apoyo a los autónomos y familias. La realidad empresarial, con una evidente falta de competitividad e inversiones en desarrollo o I +D y la complicidad en ERES inhumanos, no siempre justificados.

Por otro lado, se encuentra la falta de gestión responsable, controlada y generosa de los recursos del Estado haciendo aguas en las 17 autonomías y en las 100.000 normas que impiden actuar en un mercado de forma positiva. Por todo ello, coincido con muchos expertos en que las medidas tomadas son parciales, muy limitadas, no dudamos de su bondad como “analgésicos económicos”, pero no van al fondo del problema, ni son el trampolín de un país cuyos parámetros de deuda, paro y herrumbre política y empresarial necesitan de revulsivos profundos para generar negocios y materializar una verdadera apuesta por salir de esta crisis.

Lo cierto es que España necesita replantearse todo su modelo productivo, es necesario un cambio de paradigma pero sin abandonar a su suerte las bases que han conformado su PIB. Creo que es importante poner foco en diversas áreas que son claves para mantener un equilibrio entre un nivel de cambio necesario y un nivel de mantenimiento:

A) Por un lado la reforma del sistema financiero. Es una condición sine qua non de la UE del FMI y del ECOFIN. Es crítica la necesidad de que fluya el crédito a empresas, autónomos y familias, favoreciendo nuestra capacidad de emprender y de generación de empleo.

B) Vivienda, construcción y obra pública: este es una de las claves de la realidad española que hasta ahora ha movido el 30 % de la actividad económica. Habrá que dar otro giro más real y lógico a este sector, pero no abandonarlo a la deriva y mucho menos estrangularlo. Soluciones necesarias serán la creación de observatorios de análisis y gestión de este sector formado por empresarios de la construcción ,financieros y profesionales (economistas, arquitectos y sociólogos entre otros ) que urjan con su informe a tomar las medidas correctoras a todos los “protagonistas” incluido los gobiernos central autonómicos y locales.

C) Turismo: este es un sector prioritario donde hay que aplicar nuevos programas de promoción y de excelencia en los servicios, si queremos mejorar nuestra competitividad de cara a otros países emergentes a nivel europeo que poseen una atractiva oferta en el campo del turismo de sol y playa.

D) Comercio: es necesario incrementar la competitividad en bienes y servicios, así como incentivar la internacionalización de nuestras empresas, asignatura claramente pendiente en nuestro tejido empresarial y que hasta ahora ha permitido el crecimiento de la economía gracias a la demanda interna (algo que se ha visto drásticamente reducido teniendo en cuenta las bajas cuotas de confianza de los consumidores y los empresarios).

E) Inversiones a largo plazo en excelencia tecnológica con muchos mas recursos en educación y en I+D. Teniendo en cuenta que España está a la cola en productividad de los países de la zona euro, es importante que la empresas se replanten muchos de sus modelos de negocio, exigiendo en muchos casos un cambio de paradigma en nuestra forma de gestionar.

F) En lo referente a la reforma laboral promovida por el decreto ley 10/ 2010 de 16 de junio, se ha pasado por alto uno de los colectivos que más pueden influir en la generación de empleo: los autónomos, quien siguen estando en una clara posición de indefensión jurídica. En este sentido, las reformas no son muy reales, si tenemos en cuenta que casi el 90% de las empresas españolas están dirigidas todas ellas por autónomos. Esto sigue siendo un importante freno a la creación de empleo, revelándose insuficiente el abaratamiento del despido como medida para fomentar la contratación (por otro lado, no se entiende muy bien la conexión de “causa- efecto” de esta última medida).

G) Finalmente, creo que es importante la racionalización y control del gasto, sin lastrar las partidas que son verdaderos motores de creación de riqueza y empleo, con un menor peso de las partidas de subvención y gasto ineficaz.

Creo que en cualquier proceso de cambio que abordemos, es interesante no sólo centrarnos en áreas a “remediar” (que suelen ser las más evidentes), sino también centrarnos en aquellos aspectos que es relevante mantener y/o en su caso mejorar desde su base: un equilibrio necesario entre cambios puramente remediativos (a corto plazo) y cambios más generativos y desarrollativos a largo plazo que supongan la adopción y el aprendizaje de nuevos “modelos mentales” para abordar nuestra realidad económica, política y empresarial.