Los beneficios de poner en práctica mindfulness en el entorno laboral están fuera de toda duda. Esta técnica le devuelve al momento presente la importancia que tiene y eso es fundamental en los tiempos que vivimos, llenos de incertidumbre. Ese es el secreto del mindfulness, servir de ayuda para afrontar esta época de cambios y transformaciones con el mayor éxito y entereza posibles. Profundizamos en este planteamiento y te aportamos ideas para implantar el mindfulness en tu empresa.
El valor del momento presente frente a la incertidumbre
El mundo se ha quedado trastocado por la pandemia. Se trata de un acontecimiento tan inmenso que ha afectado tanto a nivel macro como en la cotidianeidad de cada vida. Nuestra existencia está de repente dominada por la incertidumbre en muchos aspectos. Es justo lo que sucede cuando se producen transformaciones, solo que esta no la hemos elegido. Pero sí se le puede hacer frente con herramientas diseñadas para gestionar los cambios. Una de ellas es el mindfulness, que actúa en un plano emocional y anímico, pero que tiene repercusión directa en los actos. Por ese motivo, influye de manera determinante en el desempeño laboral.
Esta técnica tiene resultados avalados en administrar con eficacia las emociones con el fin de evitar el estrés y la ansiedad. Su fuerte es ayudar a centrar la atención, a enfocarse en lo que se está haciendo, esquivando las distracciones e interrupciones. Evita que te pierdas en pasados sobre los que no se puede actuar o en futuros impredecibles. Todo en conjunto favorece la toma de decisiones más consciente y acertada.
5 medidas para orientar a la plantilla hacia el mindfulness
Si en tu empresa os estáis planteando introducir el mindfulness, estas medidas pueden servirte de orientación:
- Contar con la voluntad de la plantilla. El mindfulness no es efectivo en quienes son reticentes a practicarlo. Puede que surjan suspicacias al principio; sin embargo, los efectos de su aplicación no tardan en reflejarse y esto bastará para convencer a muchos. Pero nunca será todo el mundo y eso hay que saber asumirlo y respetarlo.
- La dirección de la empresa ha de estar igualmente implicada. Hay cuestiones estructurales que se verán modificadas y, pese a que los beneficios compensan con creces, la dirección puede mostrar también sus reticencias. Convencer de su eficacia es un paso fundamental.
- Realizar actividades formativas. Hay empresas que se dedican a implantar programas en las compañías. Contar con su asesoramiento será un gran apoyo. Además, suelen ofrecer formación para mandos y personal encargado de los departamentos. Contratar este tipo de actividad puede reforzar y mantener en el tiempo la práctica en toda la plantilla. Conviene que se aporten materiales y guías para que cada cual profundice en la medida que considere.
- Habilitar un espacio. No es necesario que esté solo dedicado al mindfulness y tampoco requiere ninguna equipación especial. Una sala de reuniones reservada por un periodo de tiempo puede valer. En Google se establecieron lugares de almuerzos silenciosos y salas silenciosas con la finalidad de practicar mindfulness, pero muy pocas empresas cuentan con estos recursos.
- Hacer un seguimiento. Se puede medir el estrés antes de comenzar con la introducción de esta práctica en la empresa e ir haciendo un seguimiento cada cierto tiempo. Esto habría que complementarlo con la creación de una cultura de empresa donde esté presente el mindfulness.