¿Cómo saber dónde se encuentra el empleo ideal? Las encuestas muestran que, a la hora de aceptar un empleo, el 90% de las personas confía en su familia y amigos para escuchar consejos o experiencias pasadas en una empresa, mientras que sólo un 15% se fía de la palabra de las corporaciones. Así, cuando una compañía dice lo magnífico que es el puesto de trabajo ofertado, sólo lo cree una de cada seis personas. La gente ya no se fía, y se afana en encontrar dónde está la trampa. Como si siempre hubiera trampa.

La palabra de familiares y amigos sí que tiene valor para el aspirante al empleo perfecto. Experiencias pasadas en la propia empresa, en otras compañías del sector, o simples comentarios cogidos al vuelo son suficientes para dejarnos guiar. Esto es el boca a boca, tener el máximo número posible de consumidores hablando de una marca o producto al máximo número posible de amigos y conocidos. La empresa refuerza su imagen de marca, y todo el mundo quiere trabajar en una compañía de la que se habla en todas partes.

Ahora bien, la marca debe saber cómo construir su propia campaña de boca a boca. Los objetivos son varios. En primer lugar, darse a conocer al gran público, es decir, publicidad. Después, generar la impresión de que se es la mejor del sector. Y, por último, contar con los mejores. Sin los mejores, nunca se llegará a nada. Ahí reside el éxito, en el capital humano. Y para lograr esto, es fundamental la comunicación boca a boca, publicidad gratuita, y qué mejor que conseguir que los propios consumidores sean los que promocionen la marca, convirtiéndose en una extensión improvisada del departamento de recursos humanos. Fácil, rápido, barato y eficiente. Para ello, es fundamental contar con evangelistas o influenciadores, es decir, en consumidores qué voluntariamente convierten a otros a una marca o producto. Puede tratarse de empleados, vendedores o clientes, cualquier individuo que desarrolle una conexión emotiva con la marca. En la actualidad, hay múltiples maneras de difundir el mensaje y reclutar a nuevos potenciales trabajadores deseosos de trabajar, a la vez que consumidores satisfechos porque tienen vínculos con una enseña que les da seguridad, siempre reforzada por su propio entorno personal.

El boca a boca ha encontrado nuevos canales, sobre todo digitales, como el email y el SMS, que aceleran los intercambios entre amistades, porque los consumidores dan la espalda a los medios convencionales en cuanto a la búsqueda de empleo. La unidireccionalidad ha muerto, hay que lograr un feedback por parte del consumidor. Esto significa que hay un gran número de oportunidades perdidas y presupuestos mal aprovechados como resultado de la mala comunicación entre empresa y potencial trabajador.

La lealtad del consumidor está en declive. Las estrategias de fidelización ya no funcionan. Para cambiar el rumbo, las marcas necesitan realizar una transición hacia una lealtad más simbólica, construyendo la confianza del consumidor a través de conexiones emotivas, cultivando activamente los apoyos a productos y minimizando los costes para este proceso. Esas personas leales serán las que quieran participar en un proyecto, en unos objetivos que considerarán y harán suyos, porque la empresa se ha dirigido a ellos, y también a su entorno, y de ahí saldrán los que ayuden a la empresa a hacerse grande. El boca a boca fidelizará al cliente y creará esas redes sociales para hacer de la empresa un lugar donde no se trabaje, sino que se disfrute.

Levantemos una empresa popular, cercana al cliente y con la que se sienta cómodo. De esta manera, tanto el consumidor como su contexto hablarán sobre la marca, discutirán, comprarán y, lo que nos interesa en este momento, desearán ser parte de ella. En definitiva, que los mejores quieren y necesitan estar con los mejores, crecer juntos en busca de un futuro aún más prometedor.

por Bob Pritchard
CEO de Marketforce One

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