En un mundo laboral híbrido con incremento del teletrabajo, desde prevención de riesgos laborales debes prestar atención a las condiciones de la plantilla en remoto. El uso de pantallas se ha vuelto imprescindible en muchos sectores y los puestos de trabajo no están localizados en la oficina, así que el INSST ha elaborado documentación para organizar el trabajo y prevenir los efectos negativos en la salud de sus empleados.

Riesgos asociados al uso de pantallas

El Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST) publica su Nota Técnica de Prevención (NTP) 1150 del 2020, Riesgos ergonómicos en el uso de las nuevas tecnologías con pantallas de visualización, con indicaciones para diseñar buenas prácticas, en este caso, con el uso de pantallas y dispositivos.

Al trabajar en remoto fuera de las instalaciones de la empresa es difícil controlar que las condiciones físicas sean las adecuadas. Desde usar el ordenador o la tablet en el sofá con dudosa postura para la espalda y cuello hasta aprovechar “huecos” en la agenda trabajando desde el coche o en lugares con mala iluminación.

Algunas de las posibles consecuencias ergonómicas identificadas por el uso de las nuevas tecnologías y las pantallas son las siguientes:

  • Fatiga visual, conocida por las siglas SFO, es decir, síndrome de fatiga ocular. Los síntomas son picores de ojos, sequedad, lagrimeo, visión borrosa, dolores de cabeza o mareos.
  • Transtornos muscoesqueléticos (TME), que son alteraciones derivadas, en este caso, del uso de dispositivos, que impactan en músculos, pero también en tendones, ligamentos, articulaciones o nervios. Los más frecuentes tienen que ver con la forma en que usamos el móvil, la tablet o el ordenador. Por ejemplo, el síndrome del túnel carpiano (muñeca) o epicondilitis (codo).
  • Carga mental directamente relacionada con la hiperconectividad asociada al uso de las TIC.

Riesgos asociados al uso de pantallas

Prevenir el impacto negativo en la salud

El INSST recomienda controlar las condiciones ambientales del lugar de trabajo. Especialmente las condiciones lumínicas, pues queda demostrado que una refracción no corregida en el uso de pantallas deriva en SFO. Además, puede contribuir a la aceleración de la miopía o la presbicia.

Por otra parte, evitar el sedentarismo y sus probadas consecuencias negativas en la salud de los trabajadores es otra de las recomendaciones. El INSST recomienda que se cambie de postura cada 30 minutos, con un mínimo de 2 en movimiento, o si se prefiere se alternen 30 minutos de uso de pantallas y 30 minutos de otra actividad de pie o en movimiento.

Otros recursos pueden ser la promoción de cambios posturales, por ejemplo, atendiendo al móvil caminando, facilitar mobiliario ajustable en alturas o realizar pausas activas.

Es muy importante, para lograr esta respuesta en el equipo, implantar programas de formación y concienciación. No solo en los riesgos laborales descritos y en el valor de la conciencia postural, sino en la gestión del tiempo y de las tareas, como condición de esos riesgos ergonómicos. Por ejemplo, si se te acumulan los mails por tramitar, difícilmente podrás finalizar la tarea en media hora.

Así pues, la conclusión es que se deben promover organizaciones de las cargas laborales adaptadas a cada persona, con tiempos previstos de desconexión y que eviten la sobrecarga de información y del uso de pantallas. Este es un consejo universal: levántate, respira y mira al horizonte.