Las cosas suceden, de una manera u otra. En este caso, dejamos el anterior artículo pendiente de finalización, a falta de que revisáramos todas nuestras relaciones de amistad sociales, y las clasificáramos, en un intento de mantener y de llevar una vida en la red, menos disipada y más ordenada.

Vano intento. Infructuoso. Y tal vez, sinsentido. Posiblemente nos veamos inmersos en una nueva actualización de cualquier red social, y estos cambios sirvan de poco. Pero al menos habremos realizado un ejercicio mental de clasificación, y nos habremos detenido a pensar en la vinculación que tenemos (de verdad) con todas las personas con las que estamos conectados en la red.

De hecho, antes de los nuevos cambios presentados por Facebook, hubo uno que me gustó mucho y del que ya he hablado en alguno de los 56 artículos en Infoempleo (si, han sido muchos). Uno en el que hablaba de la posibilidad de incluir en tu perfil a aquellos grupos de amigos (categorizados) por los que sintieras más predilección. Una forma, ladina, también, de hacer publicidad, si eres lo suficientemente inteligente como para crear un grupo de amigos, colocarlo en el primer lugar destacado, y agregar en dicho grupo a las empresas o intereses propios (siempre con perfiles de usuario).

Pero eso es otro cantar.

Dejamos hace un par de días colgado el tema de cómo conseguir aumentar nuestra presencia profesional en la red. Y si os digo verdad, los dos artículos precedentes me han servido para llamaros la atención sobre la importancia de usar los dispositivos móviles con las redes sociales.

Básicamente, sin ellos, las redes sociales apenas sí tienen sentido. Lo tienen para crear, configurar y parametrizar un perfil. Necesitamos estar sentados, serenos y tranquilos para hacerlo. Y con mucho tiempo, a la luz de los detalles que deben de incluirse en algunos perfiles.

Pero cuando dicho perfil está terminado, el asentamiento local y geográfico de dicho perfil carece de sentido. Hemos de ser móviles. Tenemos que indicar qué hacemos. Pero sobre todo, dónde lo hacemos (Foursquare, Lugares de Facebook o Google, Tuenti…).

Por eso creo que LinkedIn ha abierto su propia puerta trasera por la que poder colarnos sin contemplaciones.

Cuántas veces hemos querido agregar a un contacto desde nuestro perfil de LinkedIn y no hemos podido porque no podíamos vincularnos a él de ninguna forma. No pertenecíamos a su misma empresa, tampoco a su grupo de amigos, no conocemos su email de alta, tampoco estudiamos juntos… de un tiempo a esta parte, si formas parte de su mismo grupo (muy interesante alternativa en local-desde el PC-) puedes sugerirle contactar con dicho contacto.

Hablo de una puerta trasera, porque la nueva versión actualizada de la aplicación móvil de LinkedIn, permite agregar a los contactos de segundo nivel (refrescaros la memoria con los niveles con el anterior artículo) de manera inmediata y sin pasos intermedios.

Basta con acceder al roll over de la parte superior, y pulsar en la opción de más (opciones). Nos aparecerá un layer o capa que nos da la posibilidad de ver nuevos posibles contactos, y de escrutar entre los grupos a los que pertenecemos.

Si pulsamos en la parte de contactos, de manera automática se irán generando aquellos contactos de segundo nivel con los que pudiéramos tener alguna vinculación profesional. Podemos agregarlos directamente o consultar la información de su perfil.

Si queréis agregarlos, hacedlo directamente desde el icono de la pantalla principal y no desde el del perfil. Os lo digo porque si se accede desde el perfil puede suceder que se os pida de nuevo que indiquéis el tipo de relación que tenéis con ellos. Desde la pantalla principal, no.

Así que, al día, es posible contar con ir sumando del orden de entre sesenta a cien contactos nuevos. Todos ellos de segundo nivel. Y en caso de que os acepten su amistad, pasarán a ser de primer nivel.

Lo bueno de tener tantos contactos es que tu red directa de influencia aumenta. Tus contenidos pueden ser vistos y accesibles por millones, en lugar de por miles de personas.

La mayoría, no se molesta en preguntarte quién eres. Dan por hecho que de algo te tienen que conocer. Si no, ¿por qué ibas a añadirles? Y cuando alguno me pregunta, le soy completamente sincero: “no te conozco pero quiero ampliar mi red de contactos con gente interesante. Y tú me lo pareces.”

Y es que lo realmente interesante es la forma en que las redes sociales y la telefonía móvil están alterando el orden de las relaciones humanas.

Si a eso le añadimos que algunas aplicaciones móviles (de Android –con Gmail, por ejemplo) te permiten incorporar a tu directorio de teléfono los contactos de tus redes, puedo decir con orgullo que ahora cuento con cerca de novecientos contactos profesionales: bien con sus correos o bien con sus teléfonos (o ambos). Y que a partir de ahí todo es sumar. Y nunca serán desaprovechados.

La información es algo que no tiene precio, y quien sabe manejarla, ya tiene mucho hecho.

@AntonioVChanal
Coach, SMM y Profesor de Redes Sociales