Las cosas suceden, de una manera u otra. Las redes sociales tienen algo especial que las hace únicas. Son redes porque su entramado se encarga de establecer vínculos y relaciones entre todos los usuarios que se encuentran conectados. Entre sí. Son sociales porque dichas relaciones no son directas, sino que la interactuación de tu vecino de enfrente con alguien de cualquier otro lado, puede llevarte a conocer a esa persona que hasta entonces no conocías.

Su principal característica es que son móviles. Es decir, que pueden ser accesibles (en teoría) desde cualquier parte. Y por lo tanto, te pueden poner en contacto con cualquier persona en cualquier momento.

Pero el hecho de poder contactar con todo el mundo no significa que pueda hacerse inmediatamente.

Todas las redes sociales, todas, tienen establecido un filtro. Un pequeño paso previo que permite mantener la privacidad de quien es solicitado como amigo, con respecto a quien solicita el contacto.

Sí que es posible seguir o leer los comentarios que escriba determinada persona (eso pasa actualmente con Twitter y con Google+). Si nos interesa seguir a alguien, esa persona únicamente recibe una notificación (si así lo ha pedido) de que le están siguiendo, y no tiene que hacer nada más que lo que habitualmente ya hace: publicar y seguir comentando su estado social en la red.

Pero hay otras redes sociales que necesitan de la autorización del solicitado para que el solicitante pueda tener acceso a los datos y contenidos que están vetados. Pasa con Facebook, pasa con LinkedIn, pasa con Xing, pasa con…

Estos filtros existen porque de alguna manera se quiere garantizar no tanto el anonimato, pero sí la accesibilidad al perfil de una persona. No afecta tanto al anonimato porque si un perfil es localizable en la red (sea cual sea) deja de ser anónimo. Y la verdad es que tampoco tiene sentido estar en la red para ser anónimo. Ni tiene sentido ni lógica. Y si os fijáis, ninguna red social deja que se oculten todos los datos de nuestros usuarios: siempre hay datos que obligatoriamente son visibles, como mínimo, para nuestros amigos. El primer nivel de confianza de las redes.

Bueno. Hablamos de confianza. La confianza es el paso necesario para estar seguros de que realmente conocemos (o esperamos conocer) a la persona que quiere ponerse en contacto con nosotros. Y no es que cada uno de nosotros seamos poseedores de algún tipo de secreto que deba de ser reservado a cualquier precio. Pero en esta vida, si hay algo que realmente tiene más valor que el dinero, eso lo son los contactos personales.

Y dichos contactos se miden por niveles. Niveles de confianza.

G+, Facebook y LinkedIn (por poner un ejemplo) basan su jerarquía de confianza en niveles. G+ los ha llamado círculos, y te permite enviar contenido indistintamente a todos tus contactos, a tus amigos (primer nivel de confianza), o a tus círculos. Bien pudiera ser una forma de clasificar a tus amigos por listas (como Twitter o Facebook) pero esconden algo más.

Facebook está en pleno proceso de cambio. Antes los amigos eran amigos, hasta que pudimos clasificarlos y ordenarlos. Ahora también podemos suscribirnos sólo a sus noticias y no seguirlos, e incluso establecer prioridades a la hora de valorar lo importante que es ese contacto para nosotros, desde el mismo momento en que lo agregamos.

Esto significa que según lo que seleccionemos, lo que publiquen en sus muros se publicará íntegramente, o por el contrario, el sistema seleccionará aquellos contenidos que más nos pueda interesar, y será los que nos deje leer.

LinkedIn tiene más miga. Realmente es la red que te informa de tus relaciones (profesionales) y las gradúa en función de la vinculación que tu usuario tenga con ellas.

Facebook hace algo parecido al sugerirte contactos de amigos que, en función del número de amigos que tengas en común, pudiera ser que conocieras.

Pero LinkedIn, además, analiza tu perfil profesional, escruta tus contactos de primer nivel, estudia los patrones que has establecido para ampliar tu red de contactos… Y en función de todo eso (y de más) te localiza y sugiere personas con las que podrías conectar.

La pregunta es… ¿De qué manera omito el filtro para poder vincular a más gente interesante?

Es bien sencillo. Y la movilidad tiene que ver mucho en ello.

Antes de dar el siguiente paso, te sugiero que revises tus contactos en todas tus redes, y trates de poner algo de orden clasificándolos. Ya que el siguiente paso, puede llegar a permitirte multiplicar tus contactos exponencialmente, y manejarlos entonces, será mucho más complicado.

@AntonioVChanal
Coach, SMM y Profesor de Redes Sociales