En ocasiones, las compañías aplican beneficios y bonificaciones en la nómina que tienen que ver con características personales, con aspectos individuales del trabajador. La antigüedad, los idiomas que se manejan o esos conocimientos especiales que aporta el empleado a la empresa, suelen ser alguno de estos componentes de remuneración en la nómina. En este artículo, hablaremos de cuándo llevar a cabo esta compensación personal en la nómina y de la mejor forma de aplicarla.
Compensación personal en la nómina: características y tipos
Hablamos de compensación personal para referirnos a todas aquellos salarios y gratificaciones que una empresa otorga a sus empleados, bien de forma extraordinaria y voluntaria, por un acuerdo contractual o para cumplir con un requerimiento del convenio.
Estas políticas de compensación salarial aparecen reflejadas de forma dineraria en la nómina y están destinadas a premiar, incentivar o motivar al empleado respecto de la tarea para la que está contratado. Por tanto, en muchas ocasiones, entre estas medidas se incluye también lo que denominamos salario emocional.
Algunos ejemplos de medidas, sueldos y compensaciones en la nómina son las siguientes:
- Compensación de tipo económico: es la más conocida ya que en este grupo se incluye, principalmente, el dinero que recibe un trabajador por su trabajo, así como las pagas extras establecidas por convenio.
- Compensación en especie: también llamada retribución flexible, que se caracteriza por ofrecer al empleado una serie de beneficios adicionales a cambio de una parte de su retribución dineraria. En este grupo se incluyen aspectos como los seguros de salud, los cheques de guardería o los tickets-restaurante.
- Compensación por beneficios: que son aquellas cantidades que se reciben por haber alcanzado determinados objetivos. Hablamos de bonus o comisiones, entre otros ejemplos.
- Compensación personal: definida por las características del puesto a desempeñar o del empleado. Aspectos como los complementos en nómina por el manejo y uso de idiomas, por contar con determinados títulos, o los complementos de antigüedad establecidos.
Cuándo y cómo ofrecer un complemento personal en nómina
Como señalábamos anteriormente, un caso muy didáctico para distinguir este tipo de complementos de otros pluses similares, serían los idiomas. En esta situación, la empresa podrá compensar con este complemento a su trabajador cuando el conocimiento de un idioma no se haya tenido en cuenta para fijar su salario y definir el puesto vacante. No es imprescindible para acceder a este puesto de trabajo, pero se usa con asiduidad, y esto aporta valor a la empresa.
Sin embargo, en aquellos casos en los que contratamos a una persona y exigimos el requisito del idioma para poder formalizar la contratación, no estaríamos hablando de un complemento personal de este tipo.
Esto puede ocurrir, por tanto, con todos aquellos aspectos relacionados con el perfil del trabajador, con los conocimientos o aptitudes que no se requieren para desempeñar un puesto, pero que se ponen en juego y se aportan como valor al mismo y a la empresa.
Generalmente, este tipo de complementos salariales ayudan a retener talento, ya que se ofrecen para premiar esta característica personal y favorece la motivación del empleado y su productividad.
Por lo tanto, estos planes de incentivos en la nómina no tan habituales son, por otro lado, un elemento diferenciador que genera sentido de pertenencia, confianza y buen clima laboral en cualquier empresa.