Los créditos de formación son una herramienta fundamental para las empresas, porque permiten mejorar las competencias de sus trabajadores sin asumir grandes costes. Sin embargo, muchas pymes desconocen su funcionamiento o no lo utilizan de forma eficiente. En este artículo, explicaremos de forma clara qué son, cómo funcionan, qué formación cubren y cómo pueden aplicarse en la compañía para aprovechar al máximo este recurso.
¿Qué son exactamente los créditos de formación?
Los créditos de formación son una ayuda económica anual que el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) pone a disposición de cada empresa para financiar la formación de sus trabajadores.
Estos créditos están gestionados a través de FUNDAE (la Fundación Estatal para la Formación en el Empleo), y permiten que las empresas utilicen sus cotizaciones a la Seguridad Social para financiar total o parcialmente la formación que reciba su plantilla. Es un incentivo directo para que las organizaciones inviertan en la capacitación de sus empleados.
¿De dónde salen esos créditos?
Los créditos de formación provienen de la cuota de Formación Profesional que todas las empresas aportan mensualmente en sus cotizaciones a la Seguridad Social. Es decir, todas las empresas que tengan trabajadores dados de alta en el Régimen General están generando este crédito, aunque no siempre lo utilicen. ¿Cómo funciona?
El importe del crédito anual que tiene cada empresa depende de dos factores:
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La cuantía ingresada en concepto de formación profesional el año anterior.
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El tamaño de la empresa, ya que existen porcentajes aplicables según el número de empleados:
» De 1 a 5 trabajadores: crédito mínimo de 420 euros.
» De 6 a 9 trabajadores: 100% de la cuantía ingresada.
» De 10 a 49 trabajadores: 75%.
» De 50 a 249 trabajadores: 60%.
» Más de 250 trabajadores: 50%.
¿Qué formación cubren?
Los créditos de formación pueden utilizarse para prácticamente cualquier acción formativa relacionada con el puesto de trabajo o la mejora de competencias profesionales. Esto incluye Cursos técnicos y específicos, formación transversal (idiomas, informática, habilidades blandas), certificados de profesionalidad, formación presencial, online o mixta. Eso sí, para que la formación sea bonificable, debe cumplir ciertos requisitos:
- Estar organizada o comunicada a través de la aplicación de FUNDAE.
- Tener una duración mínima de 2 horas.
- Estar relacionada con la actividad de la empresa o del trabajador.
- Incluir evaluación de aprendizaje y control de asistencia.
Cómo aplicar tus créditos de formación en 5 pasos
Aplicar los créditos de formación no es complicado, pero requiere seguir un proceso administrativo. Estos serían los 5 pasos clave a seguir desde RRHH:
Paso 1. Detección de necesidades formativas
El primer paso es identificar qué competencias necesita reforzar el equipo. Esto puede hacerse mediante entrevistas, evaluaciones de desempeño o análisis de objetivos estratégicos.
Paso 2. Elección del tipo de formación
Se puede optar por formación interna, externa o contratar a un proveedor acreditado. La empresa también puede organizar la formación por sí misma o contratar a una entidad organizadora que se encargue de toda la gestión.
Paso 3. Comunicación en FUNDAE
Antes del inicio del curso, debe comunicarse la acción formativa a través de la aplicación telemática de FUNDAE. Esta comunicación debe realizarse con al menos 2 días naturales de antelación.
Paso 4. Desarrollo de la formación
Durante el curso se debe llevar un control de asistencia y evaluación. Si la formación es online, se debe utilizar una plataforma compatible con los requisitos de FUNDAE (registro de accesos, seguimiento del alumno, etc.).
Paso 5. Bonificación en los seguros sociales
Una vez finalizada la formación, y si se han cumplido todos los requisitos, la empresa puede aplicarse la bonificación correspondiente en los seguros sociales del mes siguiente a través del sistema RED.
¿Quién puede gestionar la formación?
- La propia empresa, si dispone de los recursos humanos y conocimientos para hacerlo.
- Una entidad organizadora, en cuyo caso será la que se encargue de todo el proceso de principio a fin (comunicación, ejecución, justificación y bonificación). Contar con una entidad organizadora es habitual en pymes, ya que permite centrarse en la operativa del negocio sin perder la oportunidad de formar a los equipos.
Ventajas para la empresa y los trabajadores
Aplicar los créditos de formación en la empresa conlleva múltiples ventajas. Por un lado, contribuye a mejorar el rendimiento de los trabajadores y aumenta su motivación, ya que se sienten valorados y apoyados en su desarrollo profesional.
Además, permite reducir significativamente los costes asociados a la formación, al estar cubierta parcial o totalmente mediante bonificaciones. Esta inversión en capacitación se puede traducir en un aumento de la competitividad de la empresa, ya que los empleados están mejor preparados para afrontar los retos del mercado.
También puede facilitar el cumplimiento de normativas en sectores donde la formación es obligatoria, como pueden ser los ámbitos industriales, sanitarios o de prevención de riesgos laborales.
Como trabajador, no recibes directamente el crédito, pero puedes beneficiarte si tu empresa lo utiliza para ofrecerte cursos gratuitos. Además, puedes proponer formación y solicitar a tu empresa que utilice el crédito para costearla, siempre que tenga sentido para tu desarrollo profesional dentro de la organización.
En definitiva, con una gestión adecuada los créditos de formación permiten ofrecer formación de calidad si que suponga un gasto extra para la empresa. ¿Tu empresa está aprovechando este recurso?