Tener empleados conformistas en cuanto a su puesto de trabajo no es suficiente para que un equipo tenga un buen rendimiento. Una de las responsabilidades principales del departamento de recursos humanos es asegurarse que cada pieza del engranaje que es la plantilla esté cuidada y trabajando hacia un objetivo final y común, empezando por la gestión del equipo de trabajo.

Para conseguirlo, lo más importante es aplicar una actitud estratégica al desarrollo de la actividad interna de la empresa. Para hacerlo, al final es mantener una filosofía de colaboración. De las mil y una maneras de hacerlo, compartimos algunos puntos fuertes para construir y fortalecer un equipo de trabajo.

  1. El team building, o construcción de equipos, es una práctica que se lleva a cabo de forma ajena al trabajo. Las actividades dentro o fuera de la empresa tienen como finalidad potenciar el espíritu de equipo y mejorar considerablemente la comunicación entre todos los implicados.
  2. Favorecer un ambiente de confianza es fundamental para generar comodidad total en los trabajadores. Conseguir esto implica promover las ideas y opiniones compartidas, impulsando de nuevo la comunicación interpersonal y transparencia de la situación en la que se puede encontrar la empresa o persona en cuestión.
  3. Definir una cultura colaborativa para que todos puedan tener en mente las metas y los objetivos conjuntos. Se trata de alejarse del concepto de individuo y focalizar el de equipo a todos los niveles.
  4. Emplear y transmitir siempre una mentalidad constructiva. Mirar hacia adelante, implicar a los trabajadores en la visión de futuro y mantenerlos motivados para adaptar e innovar es clave para que sus aportaciones sean válidas a nivel individual y de equipo.
  5. Quizá parezca redundante y un tema omnipresente, sin embargo, la capacidad de liderazgo es vital para una gestión estratégica optimizada de los equipos, sean de 2 personas o de 200. Saber liderar no implica ser capaz de delegar y repartir la faena, supone eficiencia, ética y responsabilidad hablando en nombre de los trabajadores y de la empresa.

Saber gestionar y liderar correctamente un equipo es beneficioso para todas las partes implicadas. Mejorar la situación individual de cada trabajador implica un mayor rendimiento hacia unos objetivos más claros, que claramente tienes unas repercusiones positivas en el funcionamiento de la empresa.

El liderazgo, como siempre, es básico para poder llevar a cabo dicha gestión y alcanzar los objetivos deseados. No obstante, no es el único factor a tener en cuenta ya que al final se trata de actuar de acuerdo con ideología estratégica y eficiente que se desarrolla en base a los intereses de la empresa y de los trabajadores.