En un entorno comercial y empresarial tan competitivo como el actual, las compañías son muy celosas de la información y el conocimiento que tienen en su poder. Por ello, en muchas ocasiones, establecen la firma de un contrato de confidencialidad con trabajadores, clientes y proveedores, con el objetivo de salvaguardar sus intereses frente a terceros. En este artículo, analizaremos en qué circunstancias suelen establecerse estos contratos y qué características o apartados contienen.
El contrato de confidencialidad con trabajadores: características principales
Aunque los aspectos relacionados con el derecho a la privacidad están ya claramente recogidos en diferentes normativas, el acuerdo o contrato de confidencialidad es un anexo contractual muy común, que suele firmarse en el momento de la contratación de un trabajador o en determinados períodos concretos, como el inicio de un nuevo proyecto en la empresa.
El objetivo de RRHH al redactar este documento es establecer una serie de limitaciones y prohibiciones al trabajador para salvaguardar posible información valiosa que este pueda llegar a manejar. Con la firma de este acuerdo, de implicaciones jurídicas, se protege que esta información sea revelada a terceros competidores si el trabajador se marcha de la empresa, solicita una excedencia, o es despedido.
Como señalábamos, este contrato no es exclusivo del ámbito de las relaciones empresa-trabajador. También suele aplicarse en otro tipo de situaciones, como las establecidas por la empresa con clientes y proveedores. El objetivo también es proteger información, así como la posición competitiva de la empresa, los acuerdos establecidos o los productos o servicios adquiridos por el cliente.
Las principales características que contienen estos acuerdos son:
- Partes intervinientes: que en el caso del ámbito laboral, serán la empresa y el trabajador. Ambos estamparán su firma en la parte baja del mismo.
- Objeto del contrato: donde se especifica el motivo que justifica la firma de dicho contrato. Por tanto, habrá que especificar con claridad qué tipo de información se protege con dicho contrato.
- Duración: es el tiempo de vigencia del contrato durante el cual el firmante debe cumplir estricta confidencialidad en cuanto al tratamiento de la información que maneja.
- Penalizaciones por incumplimiento: en este apartado se deben definir las sanciones o consecuencias que tiene incumplir el contrato.
Qué tipo de información debería proteger la empresa
La aplicación de los avances tecnológicos al mundo empresarial, han provocado que cada vez se genere más información, más datos, más contenido relativo al funcionamiento interno de las empresas. El Big Data y otros desarrollos como el X-Data o el O-Data, están revolucionando la gestión de la información en la empresa. Por ello, cada vez es más habitual encontrarse con este tipo de contratos de confidencialidad entre las partes.
A su vez, los acuerdos de confidencialidad pueden servir para proteger diferentes tipos de datos y se pueden utilizar distintos tipos de contratos para proteger diferentes niveles de información valiosa dentro de la empresa.
Entre los tipos de datos que se suelen proteger, estarían los siguientes:
- Información personal: de los propios trabajadores que participan en el acuerdo.
- Información de tipo comercial: relacionada con procedimientos de venta, funcionamiento de las redes comerciales o tipos de márgenes de beneficio.
- Datos económicos: como datos de facturación, gasto en materia prima, inversiones, etc.
- Información de patentes y productos: sobre todo en aquellos proyectos de desarrollo de nuevos productos para lanzar al mercado.