Las cosas suceden, de una manera u otra. Acabamos hablando del altruismo, de la generosidad y de actitudes desinteresadas como medio para postularnos como próceres y líderes de opinión. Y es que tengo la profunda convicción de que siempre, pero sobre todo en tiempos difíciles, como los que estamos viviendo, el conocimiento y la profesionalidad deben de ser puestos al servicio del bien común. Hay que dejar que otros aprovechen nuestra experiencia. Y creo que tenemos la obligación de dar acceso a un feedback que puede ser aprovechado por todos.
LinkedIn no sólo permite que colguemos nuestra vida profesional en Internet. Además, ofrece herramientas muy interesantes para poder aprovechar mejor otras redes sociales (como Twitter), y otros accesorios que dotarán de lucidez, que vestirán y que adornarán nuestro currículo.
Muchas veces, a mis seguidores de Twitter les recomiendo que se creen un perfil en esta red social, sobre todo si no lo tienen en Internet. Servicios como el de Infoempleo.com te permiten crear tu currículo para optar a puestos de trabajo. Y ese mismo resumen profesional puedes usarlo para que la gente te conozca profesionalmente. Categorizado, clasificado, estructurado… El objetivo es facilitar a quien lea esa información si realmente puedes ser útil o no para sus necesidades.
LinkedIn es el complemento. Os decía que permite incorporar herramientas y vincular redes sociales. Esto no es otra cosa más que acercar a quienes tienes como contactos en LinkedIn a tu vida diaria en Twitter. Genial la idea de poder leer lo que escribes en otras redes sociales. Ya que de esa forma, complementas con tus acciones diarias lo que dices que haces en tu currículo (siempre y cuando hables de temas profesionales en tu Twitter. Obvio).
También es factible y posible vincular y unir tu perfil de SlideShare a LinkedIn. La idea no es otra que la de acercar a la empresa que te haya encontrado, y a tus colegas, los trabajos de interés que hayas publicado. Lo mismo podemos de los enlaces a tu blog (si es que lo tienes, y no sé a qué esperas para hacerlo) o de otras muchas opciones disponibles desde la pestaña de Más.
Sin embargo el objeto de estos dos artículos sobre LinkedIn tienen como objeto haceros recapacitar sobre la importancia, no de llamarse Ernesto, sino ser miembros activos de grupos y participar en ellos.
Os decía en el otro artículo, que había formas de poder ponerse en contacto con gente que conoces. Pero que el sistema de seguridad para poder añadir colegas es muy severo. Bien. Siendo miembro de un grupo es posible conocer a gente nueva, y que te conozcan.
Os hablaba también de la PinkSlipParty de Valencia, y de su grupo (más concretamente) en esta red social. Un grupo que tiene por objeto establecer relaciones entre quienes buscan, y quienes tienen la necesidad de encontrar.
Allí he tenido la oportunidad y el placer de conocer a Enrique Brito, que se define a sí mismo como ‘Ingeniero de Telecomunicación. Chief Party Officer de PinkSlipParty. Escritor. Emprendedor’. La realidad es que sin los grupos sería difícil darte cuenta de cómo es y de quién es realmente una persona hasta que interactúas con ella. La participación en proyectos de distinta índole, por el mero hecho de ser de utilidad, es un valor casi perdido, pero muy reconocido. Me recuerda mucho a cuando de joven tenía aquellas actividades extraescolares, como el cineclub o el baloncesto, de las que siempre me preguntaba si me servirían para algo. Eran mis grupos de LinkedIn de la infancia. Conocí gente. Adquirí cultura que de otra forma no habría conseguido. Me formé en especialidades no regladas y tampoco regaladas.
Cuando llegué al colegio mayor, una vez empezaba la universidad, resultó que había un cineclub y que el que más sabía de cine era yo. En menos de un año, las riendas del mismo eran mías, y podía permitirme el lujo de escoger qué clásicos proyectar a mis compañeros, al año siguiente. De alguna forma, dirigía los gustos cinematográficos de muchos jóvenes estudiantes. Creaba y formaba opinión con ellos.
LinkedIn ha conseguido trasvasar a la frontera digital esta fórmula magistral y reunir medios y métodos para conseguir un único objetivo: que las ideas sirvan de germen para otras ideas, y que la colaboración no sea una ficción, pero sí un hecho del que sacar un beneficio diario.
El conocimiento es el principal valor que nos define como trabajadores, empleados, empresarios, emprendedores. Estamos hechos de ideas que necesitan ver la luz. De proyectos que quieren ser puestos en marcha. Somos inquietos, dinámicos y estamos motivados.
Podemos conseguirlo. Tan sólo hay que confiar, y porfiar en que toda colaboración es buena, si la idea se pone en marcha de forma conjunta.
@AntonioVChanal
Coach y Profesor de Redes Sociales
Es cierto que ,a través de Linkedin sigo «conectado y comunicado» con mis antiguos compañeros y jefes y también, todo hay que decirlo, me están ayudando para solventar mi grandísimo problema de no disponer de empleo.
Pero igual que digo ésto, a continuación afirmo que la situación es tan compleja como que llevo larguísimas jornadas escrutando las ofertas de empleo, aquí y allá, pero no obtengo resultados.
Más bien pienso que, está quebrado en dos las expectativas de encontrar un empleo, los que tienen menos edad, y los que como un servidor, tienen una edad «inapropiada».
Parece inverosímil argumentarlo, pero qué quiere que le diga, ese es mi punto de vista.
En conclusión, no basta herramientas versión 2.0, falta y mucha, comprensión hacia los demás, cuando sei tiene una cierta edad , la perspectiva es mucho más pragmática y no tanto idealista, tal como la «pinta» usted.