Los rumores laborales están presentes en todo tipo de empresas. Cualquier compañía, independientemente de su tamaño, tiene que hacer frente a chismes que contribuyen a enrarecer el clima laboral, disminuyendo la productividad de los trabajadores.
Hay diferentes tipos de rumores laborales: desde los que surgen de una media verdad a los que son completamente inventados. Asimismo, pueden ser chismes inofensivos u ofensivos. Lo que tienen en común todos ellos es que siempre generan molestias, y forman parte de una cultura tóxica que la empresa debe abordar antes de que se convierta en una crisis.
De dónde surgen los rumores laborales
Aunque hay chismes que se divulgan de una forma intencionada, la mayoría de los rumores laborales se deben a una información ambigua que proviene de la falta de transparencia. Los profesionales necesitan tener información fidedigna de cualquier aspecto que les afecte. Por lo que, si la organización no se la proporciona, tenderán a averiguarla por sus propios medios, dando lugar a rumores, en la mayoría de los casos sin fundamento, que circularán rápidamente por la compañía.
En general, los chismes suelen proceder de los niveles inferiores de la empresa. Por esa razón, resulta fundamental que la alta dirección genere la confianza necesaria para que los trabajadores puedan preguntar directamente a sus superiores. De lo contrario, la falta de información podría dar lugar a que la moral de los empleados pudiera verse afectada.
Maneras de frenar los rumores laborales
Los gerentes o miembros de la Dirección deben frenar los rumores laborales y generar un clima de confianza, transparencia y respeto. Lo fundamental es establecer canales de diálogo para que cualquier trabajador pueda preguntar sus dudas. Y reciba una información clara y veraz, sin posibilidad de una doble interpretación.
Estas son algunas de las medidas que se pueden tomar para frenar los rumores laborales, que no solo merman la productividad de los trabajadores, sino que además afectan a la retención del talento en la empresa y a su imagen como empleadora:
- Restar importancia: entrar en el juego de los comentarios supone dar alas a los rumores.
- Cultura del no rumor: la empresa debe gestionar buenas prácticas y una cultura empresarial que se posicione claramente en contra de los chismes.
- Establecer consecuencias: el trabajador que propague rumores debe ser amonestado verbalmente en un primer momento y después por escrito. Si persiste en su actitud debe ser despedido.
- Canales de transmisión de la información: la empresa debe tener bien establecidos unos canales de comunicación interna directos, fluidos y eficaces con los que proporciona información a sus empleados.
- Transparencia y diálogo: la alta dirección debe proporcionar la confianza necesaria para que cualquier trabajador pueda preguntar sus dudas si le llega un rumor.
- Evitar la viralización: la compañía debe proteger la privacidad de sus empleados y evitar, en la medida de sus posibilidades, la viralización del rumor, actuando tan pronto como sea posible.
- Dar ejemplo: los superiores deben dar ejemplo, actuando con prontitud ante los rumores sin darles credibilidad.
Un buen gerente o director debe enfrentar la situación que provocan los rumores laborales a través de una comunicación efectiva, y dando ejemplo como líder en cuestión de transparencia y confianza, especialmente en tiempos de crisis.
La información fidedigna difundida por la empresa debe ser inmediata e igual para todos los empleados, para que el mensaje sea inequívoco. Solo así se conseguirá que los trabajadores no se distraigan y pierdan productividad. Además de conseguir un buen ambiente laboral y lograr que se sientan seguros en su puesto de trabajo.