Últimamente, habrás oído clasificar a la generación que está naciendo concebida tras el primer confinamiento como pandemmials. Hoy no vas a leer sobre ellos, ni sobre los ya famosos millenials. Aquí se trata de conocer las virtudes que pueden aportar a una organización los perennials, es decir, el personal que supera los 55 años. Contra la tendencia anterior, las compañías están siendo conscientes de cómo contribuye esta generación a sus objetivos aumentando la productividad y creando valor.
Los perennial son empleables
Ya defendía Epicuro la “penúltima” etapa de la vida que llamaba vejez afirmando que “aunque el cuerpo haya envejecido, la inteligencia del ser humano aún se mantiene firme”. Los perennials contribuyen a alcanzar los objetivos de la compañía con su conocimiento del mercado laboral. Son excelentes perfiles para la acogida de los nuevos empleados o el onboarding, así como para encargarse del mentoring. Otros rasgos propios de esta generación es que, por un lado, muestran mayores habilidades a la hora de resolver conflictos y, por otro, suelen registrar una tasa de satisfacción laboral más alta.
Mientras que las nuevas generaciones buscan satisfacer su proyecto profesional independientemente de la compañía en que lo logren, los perennials son trabajadores comprometidos con la marca y con muchas inquietudes. Se suele argumentar que estos perfiles no son competitivos por contar con un máximo de 15 años de vida laboral. Sin embargo, está demostrado que la productividad y el engagement que aportan son clave en estos “activos” empleables.
De hecho, la jubilación por etapas cada vez muestra mayor penetración en el mercado. Consiste en ir reduciendo progresivamente las horas productivas, pero permaneciendo vinculado a la compañía. Además la empresa puede promover programas en los que participen empleados jubilados o prejubilados. Todavía queda amplio margen de mejora para que las organizaciones atiendan a la diversidad por edad o generacional. Sin embargo, captar y retener el talento senior es señal de calidad en una cultura corporativa en la que se valora lo que cada generación aporta.
“Activos” digitales vs. nativos digitales
Aprender competencias digitales equivale a familiarizarse con un nuevo idioma. Aquellas personas que pasan los 55 años no solo se han visto obligadas a contribuir a la transformación digital, sino que muchas demuestran una curiosidad genuina. Seguro que conoces proyectos de emprendedores perennials, con gran capacidad de innovación, incluyendo la generación de contenido web o blogs. Combinada con su experiencia laboral y el conocimiento social asociado a su edad, supone una oportunidad de enriquecer el capital humano de la empresa.
Según un informe de Ipsos Los perennials, frente al 89% de jóvenes que usan habitualmente las nuevas tecnologías y que no imaginan un mundo sin ellas, se encuentra el 84% de la población mundial, de perennials que comparten la afirmación. No sorprende si piensas, por ejemplo, que las personas mayores de 60 años suponían hace un par de años el 32% de la población española.
La conducta y el consumo de redes sociales y de apps son distintos entre generaciones. Sin embargo, contar en la plantilla con perennials te permite llegar al target que conforman sus iguales de más de 50 años. Conocer al público objetivo es clave para la compañía. Por último, este target ostenta de media unos ingresos razonables y es beneficioso para todos que sigan en activo, pagando impuestos y consumiendo.