Una empresa sostenible es aquella que aporta valor social, económico y ecológico. El plan de sostenibilidad es un documento cada vez más reclamado por los stakeholders. Usuarios y consumidores valoran muy positivamente la reducción del impacto medioambiental y es que la sostenibilidad es una cuestión integral que afecta a toda la organización. Con unos sencillos pasos puedes contribuir a reducir las consecuencias del cambio climático y minimizar el impacto de la huella de carbono.

Plan de sostenibilidad

Cuando una compañía decide implementar un plan de sostenibilidad busca aportar valor y reducir riesgos. Al estar directamente relacionado con la estrategia corporativa es necesario el compromiso de la dirección. Así que desde el anteproyecto es muy recomendable que la comunicación fluya de manera clara y eficaz. Diseña un plan para seleccionar cómo se mueve la información entre el personal y la dirección especialmente.

Si existen dudas sobre cómo llevar a cabo este proceso, es útil redactar una hoja de ruta, a modo de mapeo, que especifique los pasos a seguir, así como en qué contribuye en la cadena de valor. Puedes empezar con el ahorro energético con decisiones como aprovechar la luz solar evitando usar electricidad o aislar mejor los espacios para no encender la calefacción.

Plan de sostenibilidad

Una vez más, la importancia de la medición ocupa un lugar destacado en el plan de sostenibilidad. Es clave identificar el impacto económico, social y ambiental de cada una de las actividades de la empresa. Una vez claro, es el momento de desarrollar el plan de gestión para priorizar los esfuerzos.

Por último, la gestión de equipos complementa el proceso pues será implementado de manera transversal implicando a todos los stakeholders y departamentos, tanto sus necesidades y expectativas, como su capacidad y funciones concretas. Una de las informaciones útiles, la puede proporcionar marketing transmitiendo qué competidores están incluyendo prácticas sostenibles en sus negocios.

Reduce la huella de carbono

Ya sabes que desde el protocolo de Kioto, hace más de un cuarto de siglo, las empresas se han ido involucrando progresivamente en reducir la huella de carbono. Este indicador ambiental mide la totalidad de los gases de efecto invernadero (GEI) y pretende contribuir a la reducción de temperatura. En las organizaciones, se mide frecuentemente con los estándares GHG Protocol e ISO 14064-1.

La Unión Europea apuesta por perseguir en el periodo que comienza 2021-2030 unos compromisos vinculantes:

  • Una reducción de la huella de carbono que tienda a un 55% menos en comparación con 1990.
  • El uso de al menos un 32% de energías renovables o la mejora de al menos un 32,5% de eficiencia energética.

Según el estudio Running hot: accelerating Europe’s path to Paris, elaborado por Carbon Disclosure Project (CDP) y la consultora Oliver Wyman, apenas una de cada diez empresas europeas tiene objetivos de emisiones alineados con el Acuerdo de París. Para ser una de las mejores, establece un plan de un año en el que se definan las responsabilidades empresariales, fijando los objetivos que se pretenden alcanzar en esos doce meses.