Si no quieres caer en un círculo vicioso a la hora de aplicar el círculo de Deming, lee atentamente estas claves y así orientarás el ciclo PHVA hacia un modelo de liderazgo basado en la calidad. Ya habrás escuchado que es necesario una directiva y unos mandos intermedios con gobernanza suficiente para motivar a la plantilla a innovar aplicando el ciclo PHVA. ¿Y esto cómo se logra? Apostando por una comunicación interna fluida, monitorización de resultados a corto, medio y largo plazo, y la solicitud periódica de feedback.
Aplicar con liderazgo el ciclo PHVA
Este conocido modelo de Mejora Continua PDCA o PHVA en sus siglas en español, sigue las pautas Plan, Do, Check y Act. Cuando surgió en 1952, promovido por científicos japoneses como control de calidad, se buscaba mejorar la productividad, especialmente en sentido industrial.
Los objetivos hoy día pueden apoyarse en la tecnología y el liderazgo para optimizar los resultados y la calidad en la estrategia empresarial. En primer lugar, lo puedes enfocar a la administración de equipos en lugar de limitarlo a la evolución y control de calidad del producto. Desde la primera fase, es clave acertar con el diagnóstico, pues la espiral evolucionará desde este punto de partida.
Por otra parte, entre los catorce puntos que conforman la columna vertebral del círculo de Deming, ahora te interesa el número 7: Instituir el liderazgo. Aquí se afirma que “la gerencia debe asumir el liderazgo del proceso de mejora continua y dar soporte permanente a todos los grupos y sectores para que puedan realizar el trabajo mejor”. Es decir, es necesario mantener la conducción del proceso, sosteniendo las necesidades que surjan e implicando a toda la plantilla en la evolución y desarrollo del este.
Las preguntas que quienes dirijan equipos tienen que hacerse son las siguientes: ¿Cómo haremos para transformar la situación actual a la deseada? ¿Qué es lo que debemos hacer distinto de lo que hicimos en el pasado? Por eso es aconsejable utilizar el design thinking, es decir, conocer y dar solución a problemas reales, alineados con los objetivos estratégicos.
Beneficios del ciclo PHVA
Si logras implementar en el día a día de los recursos humanos este ciclo observarás mayor capacidad para gestionar incertidumbre. También para satisfacer a clientes y a plantilla, y un aumento del engagement. Además mejorarás la reputación y valoración de la compañía, la resiliencia y la sostenibilidad de los empleados, así como los ingresos, la rentabilidad y la competitividad.
En el ciclo PHVA las dinámicas de grupo y talleres de participación están reservados para la cuarta fase, que es el momento creativo de desarrollo de propuestas de mejora. Sin embargo, implicar a la plantilla desde el minuto uno pasa por facilitar desde el liderazgo ese camino hacia la calidad total.
Por último, el liderazgo de estos procesos tiene que facilitar todo lo necesario para su desarrollo. Un ejemplo: si el objetivo es la mejora en la formación de competencias digitales y el trabajo en remoto, la dirección tiene que poner a disposición de todos los empleados los dispositivos adecuados. Esta será una pequeña inversión que quedará amortizada al alcanzar la mejora continua y aumentar la productividad.