Las virtudes del trabajo a distancia han vencido a los inconvenientes. En solo unos años, el teletrabajo ha pasado de ser una opción residual –y casi traumática– a convertirse poco a poco en una solución para muchas empresas y un alivio para cada vez más trabajadores. En España esta fuerza laboral ya representa el 8%, una cifra que va en aumento, aunque no estaría mal fijarse en Estados Unidos, donde los teletrabajadores ya suponen un 15%, o, mejor aún, Finlandia, con un 17%.

Los detractores de esta modalidad de trabajo consideran que repercute negativamente en la productividad –un empleado que trabaja desde casa rinde menos–, aísla al individuo al alejarle del resto de la plantilla, impide la promoción hacia puestos más altos e, incluso, se nota en el salario percibido, que suele ser más bajo. Sin embargo, todos estos argumentos están empezando a caer por el peso de la experiencia.

Un reportaje publicado recientemente en la revista Forbes pone la atención en algunos empleos a distancia muy bien pagados y con un prestigio creciente. Los transcriptores médicos –que pasan los informes de voz a texto– pueden ganar hasta 37.000 euros anuales; los programadores informáticos y administradores de sistemas, hasta 900 euros semanales; y los especialistas en relaciones públicas, más de 38.000 euros al año. Pero es que un médico o un radiólogo con consulta propia en casa puede alcanzar la astronómica cifra de 140.000 euros anuales y los gestores financieros pueden ganar hasta 75.000 euros al año.

Observando estas cifras, el argumento del escaso salario quedaría obsoleto. En cuanto a productividad, la cosa también ha mejorado bastante. Microsoft es una de las empresas pioneras en el teletrabajo e impulsa iniciativas como ‘El día de la oficina en casa’. Según María Garaña, presidente de Microsoft Ibérica, «hemos comprobado que si el trabajador cuenta con flexibilidad laboral, no solo se responsabiliza en mayor medida de su cometido, sino que se genera un clima de confianza que repercute positivamente en su satisfacción». O sea, que un empleado contento rinde más. Y lo que muchos anhelan es más tiempo para su vida privada.

Un estudio realizado por la agencia Vanson Bourne precisamente para Microsoft refleja que un 76% de los empleados que tienen una mayor flexibilidad laboral en España considera que son más productivos cuando trabajan desde casa. El problema puede estar en la imagen que dan: solo el 51% de los empleados confía totalmente en que sus compañeros sean productivos fuera de la oficina.

Experiencia piloto

La Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) puso en marcha durante el primer semestre del año un proyecto por el que 28 de sus empleados han cumplido la jornada laboral en casa. Los resultados han sido de lo más positivos: «Respecto a la cantidad y calidad del trabajo desarrollado durante la experiencia de teletrabajo en relación con el que es habitual en la misma época del año, la impresión general es que ha aumentado o, al menos, ha permanecido igual», dicen desde la UNED. Además, los empleados afirman que ha disminuido su nivel de estrés por la disponibilidad para hacer frente a las responsabilidades familiares. La experiencia ha sido tan positiva que la universidad ha anunciado que va a ampliar esta modalidad.