Que el ámbito laboral parece, en ocasiones, una verdadera jungla es algo que saben bien los «headhunters», figura surgida allá por los años 60 en Estados Unidos y cuyo trabajo se centra en la búsqueda de talento. En España, este término se ha traducido como «cazatalentos», aunque muchos de los que trabajan bajo este nombre no están muy de acuerdo con dicho calificativo. «No es que me moleste lo de cazatalentos, pero sí, me parece exagerado», señala Carlos Defauce, socio de Boyden, una consultora especializada en la búsqueda de directivos, a lo que añade: «En realidad, es una labor más gris y metodológica de lo que se piensa. Es un proceso de darle muchas vueltas a la cabeza».

El «headhunter», un prestigioso recurso externo al que acuden empresas de muy distintos sectores para cubrir puestos de directivos y consejeros, ya está muy asentado en España. En un principio, fue un servicio utilizado por las empresas multinacionales que instalaban sus negocios aquí y no conocían bien el mercado. Más tarde, los negocios nacionales han ido sumándose a esta herramienta de búsqueda para cubrir sus vacantes de altos mandos. Además, varias consultoras internacionales especializadas en identificar recursos humanos directivos ya están instaladas en nuestro país. Es el caso de firmas como Korn Ferry, Boyden Global Executive Search, Odgers Berndtson o Bao&Partners, que forma parte de la red Signium International. También destaca alguna empresa de origen español, como Seeliger y Conde, que se fundó en 1990, y que cuenta con oficinas en Madrid y Barcelona.

En ocasiones ocultos para proteger su trabajo y el de sus contactados, los «headhunters» representan toda una fuerza en el mercado laboral de altos vuelos, donde la confidencialidad es un requisito fundamental, sobre todo para sus clientes y para posibles aspirantes.

Los gurús

Muchos «headhunters» operan a nivel global y, aunque fue en Estados Unidos donde comenzó todo, el «top» lo copan actualmente, según el ranking elaborado por Bloomberg Businessweek, dos «cazatalentos» que no operan en el país norteamericano: Ulrich F. Ackermann, de la firma europea Transearch Intl. Deutschland, y Alfredo José Assumpção, de FESA Global Recruiters, cuyo campo de acción es Brasil y parte de Latinoamérica. Según el ranking, el tercero, Jim Bagley, de la firma Russell Reynolds Associates, sí operaría a nivel global.

¿Cuál es la labor de estos consultores de recursos humanos tan especializados? Para José Medina, socio director de Odgers Berndtson, su trabajo consiste en «facilitar el trasvase del talento directivo hacia los lugares donde mejor se puede aprovechar y utilizar». Defauce coincide en la reciprocidad de este ejercicio: «por una parte, nos movemos por nuestros clientes -las empresas- y les proveemos de la necesidad que tengan de personas clave. Por otro lado, hacemos de mediadores, tratamos de casar, de buscar perfiles con las necesidades del cliente». Por tanto, un «headhunter» tiene que conocer el mercado a la perfección, tiene que tener una amplia cartera de clientes y una mejor base de datos con posibles candidatos. Y, ante todo, debe ser especialmente discreto ante cualquier proceso de búsqueda. Además, suele contar con un equipo de buscadores o «research» que estén al día de todos los talentos con expectativas de cambio laboral.

Aunque sea poco apropiada la denominación de «cazatalentos», en el fondo no es descabellada. No sólo se mira la cualificación, sino ese plus que va más allá de las competencias técnicas. «Es la parte blanda, lo que llamamos «soft», ese aspecto cultural o el «feeling» con el resto de empleados», recalca Defauce. Esta búsqueda de talento no se limita a puestos directivos, aunque no debe confundirse su labor con la de una empresa de trabajo temporal. Como señala el socio de Boyden, puede darse cierta confusión: «los mercados no son perfectos, tampoco el de trabajo. A veces un directivo gana menos que un especialista que no tiene a nadie a su cargo. Por tanto, no trabajamos en exclusiva con directivos, sino con cualquier puesto de nivel que requiera cualificación».

Lo que al final queda claro es que, en un mercado tan competitivo y con profesionales cualificados, lo que se busca es ese algo más. Da igual cómo lo llamemos, talento, excepcionalidad, «feeling»… Pero los pocos privilegiados que lo tengan recibirán, tarde o temprano, la llamada de un «headhunter».

Consejos de un «cazador»

José Medina, socio director de Odgers Berndtson, propone algunos pasos que tendría que dar un directivo que esté buscando trabajo o que tenga perspectivas de cambio.

En primer lugar, enviar el CV a media docena de las firmas más relevantes de Executive Search y procurar generar una entrevista. Además, debe mover todo su «network» de relaciones profesionales y personales. Por último, no es conveniente cerrar del todo aquellas puertas en las que no esté interesado. Lo que no procede hoy, puede sí hacerlo mañana.

Por su parte, Carlos Defauce, socio de la firma Boyden, recuerda que todas las empresas de consultoría tienen un sitio en la Red y que hay acceso a los perfiles de todos los consultores de la empresa, por lo que es recomendable «hacer los deberes» y enviar el CV al que se dedique al sector que se aproxime a lo que estamos buscando. Vale más un mail personalizado al consultor adecuado, que enviar varios genéricos.