Existen numerosos tipos de liderazgo pensados para adaptarse a las propias cualidades del líder y su equipo. Aunque los más modernos tratan de dar respuesta a las necesidades emocionales y de potenciar la autonomía de la plantilla, otros, como el liderazgo autoritario, están pensados para conseguir el máximo potencial de un equipo bajo un mando definido e inamovible. Si bien la actuación del líder autocrático suele estar sujeta a debate en ocasiones, puede resultar un gran añadido si el responsable de su aplicación sabe cómo actuar debidamente. ¿Quieres saber más acerca de este estilo de liderazgo? Entonces, ¡no pierdas detalle!
¿En qué consiste el liderazgo autoritario?
Es común que, cuando hablamos de estilos de liderazgo, tendamos a pensar que existen algunos más positivos que otros. Esto se debe a nuestra propia percepción del entorno laboral e incluso a nuestras experiencias pasadas. No obstante, a la hora de concretar y definir el estilo de liderazgo que más conviene a una plantilla es necesario tener en cuenta los puntos fuertes y débiles del equipo en cuestión, de manera que el líder pueda aunar su forma de trabajar con las necesidades globales de la empresa y de los empleados.
Esta situación es habitual en el caso de los líderes autocráticos. Una figura de mando por excelencia que se encarga de estipular las metas para su equipo y cuya realización supervisa y corrige si aprecia desviaciones. El líder autoritario, además, se encarga de la toma de decisiones y acompaña a la plantilla en la realización de los proyectos, poniendo su experiencia al servicio del equipo siempre desde una posición jerárquica muy definida.
Ventajas del estilo de liderazgo
El liderazgo autocrático es muy útil en diversas situaciones concretas. Por ejemplo, en transiciones relacionadas con cambios organizacionales importantes, en crisis empresariales o incluso cuando los componentes del equipo no tienen gran experiencia en su labor.
En estas situaciones, el peso de las decisiones recae sobre la figura del líder, lo que permite tomar decisiones de forma más ágil, afianzada y segura. Aunque existen muchas ventajas derivadas de este tipo de líder, a continuación te presentamos las más destacadas:
- Productividad aumentada: los objetivos están claramente definidos, así como las tareas y los plazos de realización, por lo que cada componente del equipo tiene claro en todo momento qué se espera de ellos.
- Aprendizaje acelerado: gracias a la experiencia del líder, el equipo puede aprender de su forma de actuar y aplicar los conocimientos obtenidos en procesos futuros.
- Margen de error disminuido: una de las características que más definen a este líder es su expertise en el campo de conocimiento de la empresa. Por ello, sus decisiones pueden adaptarse a la perfección según la tesitura enfrentada.
Inconvenientes del estilo de liderazgo
No cabe duda de que las bondades del líder autoritario o dominante son muchas. Sin embargo, a la hora de aplicar una dirección de equipos basada en la autocracia, es conveniente controlar los posibles efectos adversos que podría suponer para el equipo:
- Pérdida de autonomía: al depender de las decisiones del líder, los trabajadores pierden toda capacidad de proponer decisiones y actuar de forma proactiva.
- Falta de creatividad: el margen de movimiento para los empleados puede llegar a menguar de tal forma que la capacidad de proponer planes y actuar de diferentes maneras se pierda por completo en detrimento de la manera de proceder del líder.
- Motivación comprometida: si la plantilla no está de acuerdo con las decisiones tomadas, puede que se produzca un descenso del compromiso con sus tareas y con la empresa misma. Por eso, saber adaptar esta figura a las necesidades de los trabajadores resulta de vital importancia.