¿Te preguntas cómo aplicar el Design Thinking en Recursos Humanos? Si ya conoces esta metodología, sabrás que su apuesta es por la innovación poniendo en el centro de la estrategia a las personas. Gracias a esta técnica, mejoras el diagnóstico de las necesidades de tu equipo acertando en la estrategia de diseño inteligente. Así, construyes mediante procesos creativos y liderazgo colaborativo una cultura de empresa con mejores experiencias de onboarding, planes de formación, retención del talento y comunicación.
Cómo se integra el Design Thinking en Recursos Humanos
Aplicar el Design Thinking en Recursos Humanos significa poner en el centro de la estrategia y la cultura de empresa a las personas trabajadoras, conocerlas mejor y formar relaciones a largo plazo con ellas. Con esta estrategia de diseño, lo que se pretende es conseguir resultados innovadores en el planteamiento sin preocuparse tanto por el producto final. El primer paso será atender a la experiencia del empleado para detectar sus necesidades. Así la solución de problemas se alcanza mediante procesos creativos.
En este sentido, es interesante que pongas en valor el clima laboral y la buena comunicación, apostando por ellos en el programa de recursos humanos. Por ejemplo, según las demandas de los trabajadores, construye un programa de ascensos, aumentos y extras que los incentive para evitar la fuga de talentos.
Así, dentro de esta metodología, una de las claves es crear un vínculo emocional con las personas trabajadoras. Es fundamental darles mayor rango de libertad y flexibilidad, especialmente de cara a mejorar la conciliación entre la vida personal y la profesional. La confianza y la empatía en ambas direcciones puede ser un elemento definitivo para alcanzar el éxito profesional.
Innovación en RRHH
Para implementar con innovación en RRHH la gestión del cambio, es importante formar a los empleados en Design Thinking. Así, posteriormente podrán aplicar esta metodología Agile ellos mismos a sus propios procesos. No tengas miedo de arriesgar a la hora de plantear nuevas soluciones. La creatividad siempre es bienvenida, pues lo que está en juego es el desarrollo de talento.
Con un liderazgo colaborativo como el que plantea el Design Thinking, las soluciones no se generan a corto plazo. En todo caso, diseñas un plan que recogiendo el sentir inmediato establezca una hoja de ruta a medio y largo plazo también. Genera conversaciones con la plantilla que vaya más allá de los formularios. Suelta las limitaciones materiales que rigen muchas de las decisiones del día a día y no te pongas límites. Cuanto mayor rango de amplitud des a tu imaginación, mejores serán las propuestas del equipo.
Gracias al enfoque del Design Thinking, podrás detectar otras necesidades y oportunidades que afecten al equipo. No sólo en cuanto a sus relaciones o los planes de formación, sino en tanto al espacio físico, por ejemplo. En este sentido, la tecnología será el gran aliado. Podrás profundizar en el diagnóstico con el Big Data y generar propuestas más complejas de diseño inteligente. Todo ello, siempre enfocado a conseguir una experiencia lo más agradable y satisfactoria posible. Así, verás cómo incrementas la calidad y los niveles de productividad.