Las tendencias de trabajo ágil, los espacios de coworking y las modalidades híbridas de empleo han promovido una tendencia que cada vez está más extendida a nivel mundial. Los llamados open spaces o espacios abiertos, han hecho de las oficinas tradicionales una imagen del pasado.

Seguro que alguna vez has oído hablar del hot desking, una tendencia de gestión de espacios de trabajo que promueve la eficiencia del espacio de oficina, pero ¿sabes en qué consiste exactamente? Te lo explicamos todo un poco más abajo.

Hot desking o mesas calientes ¿Qué son?

Los cubículos estrechos y los despachos inaccesibles han sido parte de la cultura organizacional desde hace décadas. Trabajar en un espacio asignado, en el que se podía ver poco más que un par de paredes de pladur y un ordenador, ha llegado a ser la pesadilla personal de muchos trabajadores.

A pesar de que muchas empresas habían apostado ya por una gestión de espacios de trabajo que promoviese la flexibilidad y la colaboración, la pandemia fue un desencadenante para que esta tendencia acelerase su aplicación. El trabajo remoto y los modelos híbridos que se extendieron a causa de la pandemia, hicieron de la tecnología para espacios de trabajo una prioridad en las organizaciones.

La colaboración en el lugar de trabajo puede llegar a ser un estorbo a causa de un espacio poco eficiente. Los diseños de una oficina moderna, aunque a veces parezcan enfocados únicamente en aspectos estéticos, en ocasiones son concebidos con objetivos empresariales y organizativos.

Este es el caso del hot desking, en el que los empleados pueden elegir el sitio que prefieran una vez en la oficina. Además del ahorro que se produce a nivel organizacional para la empresa, este método promueve la colaboración en el lugar de trabajo.

¿Cómo puedo saber si las mesas calientes son buena opción en mi oficina?

Antes de plantearte la aplicación definitiva de este método, debes tener en cuenta sus pros y sus contras.

Beneficios:

  • Favorece la colaboración.
  • Mejora las relaciones interpersonales.
  • Se pueden reservar sitios de trabajo mediante apps específicas.
  • Promueve la autogestión y la proactividad en los empleados.

Inconvenientes:

  • Falta de privacidad.
  • Interrupciones más frecuentes.
  • Estrés a causa del ruido o las conversaciones de alrededor.
  • Desgaste más acelerado del mobiliario.

Es importante que, de querer valorar esta opción, seas consciente de que las oficinas de concepto open space no tienen por qué ser totalmente abiertas. Es decir, puedes contar con salas cerradas para hacer llamadas a clientes o para realizar trabajos que requieran de mucha concentración. El punto positivo de estos espacios cerrados es que dan la posibilidad de trabajar según el equipo lo requiera, pudiendo volver al espacio colaborativo cuando se desee o se necesite.

Este tipo de organización espacial se da en muchos casos en espacios de coworking, que promueven la creación de sinergías y las relaciones interpersonales entre profesionales que, de otra forma, quizá no se relacionarían normalmente.

El diseño de una oficina no debería ser un elemento aleatorio en la organización. Tal y como el resto de medidas, debe ir acorde a la personalidad de la empresa y a los valores que pretende transmitir a sus empleados. Es por eso que este aspecto no debe ser ignorado. El lugar de trabajo debe adaptarse a las personas que componen la organización y formar parte, como muchos otros elementos, de la cultura organizacional que se desee promover.