El bienestar emocional de los trabajadores puede influir decisivamente en aspectos tan prácticos como el absentismo laboral y la alta rotación. Para promover la salud en la plantilla, las empresas generan programas de Wellness corporativo. Estos abarcan tanto las áreas de salud física como emocional. Aquí vas a encontrar algunos consejos para implantarlos con éxito. Parte del diagnóstico para ajustar la propuesta y marcar desde el primer momento las metas. Así podrás evaluar y realizar un seguimiento eficaz.
Beneficios del Wellness corporativo
Desde hace años las empresas han puesto en práctica la hipótesis de que un empleado sano y feliz es un trabajador comprometido y con mejor rendimiento. Y lo han hecho implementando programas de Wellness corporativo. Estas iniciativas han crecido desde la declaración de la pandemia para paliar el impacto negativo del teletrabajo especialmente. Tanto en el ámbito físico como en el emocional, la crisis sanitaria supuso una menor atención a las posturas, a los descansos, a la nutrición y al cuidado de las relaciones sociales, aunque fuera en remoto.
Que la empresa ofrezca un programa de Wellness corporativo redunda en una mejora de la productividad y reducción de la tasa de absentismo. Pero además de estos beneficios inmediatos merece la pena destacar otros:
- Aumenta el compromiso con la cultura empresarial. Se trata del clásico: “tú me cuidas y yo te cuido”. Si el trabajador siente que la organización promociona su salud, no querrá cambiar de compañía.
- Reduce el estrés, tanto por una mejor condición física y psicológica, como por la mejora del clima laboral. Muchos de estos programas, como salir a correr con el equipo, facilita el trabajo colaborativo y cooperativo.
- Mejora el employer branding y la reputación empresarial.
- Ahorra costes al contar con una plantilla sana que no se da de baja por enfermedad.
Estrategia para implantar un programa de bienestar
Si estás decidido a mejorar la experiencia del empleado y ofrecer un programa de Wellness el primer paso es contar con un diagnóstico. Evaluar las necesidades concretas de cada proyecto empresarial es el punto de partida. Algunas empresas necesitarán yoga online y otras incidir en el fomento de la alimentación saludable. De esta manera, te aseguras además de contar con la participación de los trabajadores pues les ofreces aquello en lo que están interesados.
En segundo lugar, redacta las metas de manera SMART, es decir, que sean específicas, medibles, alcanzables, relevantes y en un tiempo asignado. Por ejemplo, puedes diseñar unos cuestionarios que midan con indicadores la reducción de estrés. Una vez especificados estos objetivos, establece cómo llegar a ellos. Puede ser con acuerdos con seguros médicos o con centros de Wellness. La salud y el bienestar cada vez son un servicio más demandado y hay proyectos con los que puedes contratar incluso un servicio de consultoría para la evaluación y el seguimiento.
Por último, planea la comunicación interna. Esto es clave. De nada sirve que generes el mejor programa de Wellness de la historia empresarial si no llega a los empleados. El volumen de información que se intercambia excede en ocasiones la capacidad de los trabajadores para gestionarlo de manera efectiva. Así que acompaña las campañas con incentivos por la participación o retos que alcanzar a modo de gamificación.