La curva de aprendizaje es un registro gráfico o diagrama que muestra la mejora que se produce en tiempo o costes a medida que los empleados ganan experiencia con una competencia o habilidad recientemente adquirida. Se pueden aplicar tanto a individuos como a organizaciones. La innovación y resiliencia empresarial están vinculadas a la curva de aprendizaje. Entre las ventajas destacadas está el aumento de la productividad y la eficiencia.
Actualidad de la curva de aprendizaje
La curva del aprendizaje de los empleados está directamente relacionada con la otra curva que se emplea en los modelos económicos para explicar la optimización de la producción al introducirse elementos nuevos en el proceso. La forma ideal es ascendente y a un ritmo decreciente. Como si de la subida de una escalera se tratara, llega un momento en que el ascenso se estabiliza y se recorre un tramo “llano” hasta volver a subir. Por ejemplo, al comenzar a estudiar un lenguaje nuevo, sea un idioma o sea de programación, los conceptos iniciales se adquieren rápidamente y, por tanto, la línea asciende por lo que será el dibujo de la curva.
La curva de aprendizaje es muy útil a la hora de planificar innovaciones en la empresa. Con la transformación digital acelerada y forzosa por la crisis sanitaria, el reskilling y el upskilling han supuesto un alto nivel de exigencia en la plantilla. La velocidad del aprendizaje y la adaptabilidad al cambio ha determinado la supervivencia de algunas empresas. El ciclo deseado implica que el trabajador salga de una curva de aprendizaje dominando las competencias correspondientes e inmediatamente inicie la siguiente curva con una habilidades nuevas que aprender. Sin embargo, para que una empresa no quede atrapada en su propia esfera de innovación, se debe apostar por la calidad más que por la cantidad de curvas de aprendizaje y poner la experiencia de los empleados en el centro.
Impacto en la productividad y la innovación
De cara a la programación en la formación de la plantilla y a las propuestas de innovación, cada empresa mejora los procesos, el propio modelo de gestión y la organización interna. Algunas preguntas pueden servirte de orientación para fijar la hoja de ruta:
- ¿Cuál es la curva de aprendizaje de tu empresa?
- ¿Es lenta o rápida?
- ¿Ha realizado mejoras en procesos, organización o gestión?
- ¿Mejora cada año o tiende a ser estática?
El concepto de curva de aprendizaje sigue la llamada Ley de Wright. Esta indica que, a medida que se repita una operación varias veces, habrá una reducción en el tiempo empleado para realizarla. Son muchas las ventajas de contar con este diagrama y reducir la curva de aprendizaje:
- La empresa dispondrá de personal cualificado y eficiente en el tiempo que prevea la curva de aprendizaje.
- Se aumenta la productividad, la competitividad y la reducción de costes y tiempo.
- Mejora la satisfacción de la plantilla y los colaboradores.
- Fortalece el engagement y motivación, al sentirse realizado el trabajador.
- Incrementa la atracción y retención de talento y mejora la reputación de la marca como employer branding.