Un mapa cultural es una herramienta desarrollada por Dave Gray, experto en pensamiento visual aplicado al crecimiento de la empresa. La teoría que defienden algunos especialistas es que la razón de la falta de engagement en la plantilla es que esa compañía no tiene trabajada la cultura de manera intencional, es decir, su cultura es el resultado casual de las prácticas y procesos de la organización. Con herramientas como el mapa cultural y la visualización de la empresa como un jardín, podrás optimizar el rendimiento de la plantilla.
Elabora tu mapa de cultura
El primer paso es cuestionarse sobre qué buscas al elaborar el mapa cultural. Mucho más sencillo comenzar por describir los resultados que no son deseables en la empresa: plantilla desmotivada, con un desempeño insuficiente, que odian venir a trabajar o una tasa alta de rotación.
El mapa cultural es la herramienta que Strategyzer e Yves Pigneur codesarrollaron con Gray. Una de las dinámicas para “mapear” la cultura organizativa que proponen es imaginar la organización como un jardín:
- Las frutas representan lo que quieres cultivar y recolectar, es decir, los resultados.
- Los comportamientos estarían representados por la manera de crecer de la naturaleza.
- Los facilitadores y bloqueadores son las políticas, rituales, acciones y reglas formales o informales que permiten o bloquean tu cultura empresarial. En la imagen del jardín serían los surcos, goteo o utensilios que usas para adecuar el espacio a tu visión.
Una vez que ya has elaborado un listado con aquellos rasgos que la empresa ya posee y con los que te gustaría contar, el siguiente escalón es atender a los comportamientos, es decir: ¿qué deseas que la gente haga, o no haga, dentro de la organización?
TIP: clasifica estas conductas en tres categorías: individuales, de equipo y liderazgo.
Mejora el rendimiento de la plantilla
Si bien la adaptabilidad al cambio es una de las skills más demandadas en los últimos tiempos, precisamente se ha demostrado que la principal fuente de fracaso cuando se quiere acometer una transformación corporativa es la resistencia al cambio. Tanto de la directiva como de la plantilla. Para mejorar esta actitud y el rendimiento en este proceso es muy útil servirse del mapa de cultura.
Una vez evaluada la situación, toca la última fase del mapping, es decir, responder de manera participativa a la pregunta ¿cómo se le puede dar forma intencionada a la cultura organizacional de la empresa? Suelen señalarse cuatro ejes dispuestos de manera visual en una plantilla y que serán estructura sobre la que sostener el nuevo modelo:
- Incentivos: el reconocimiento financiero bien comunicado es una de las claves para una plantilla motivada. Seguro que has escuchado recientemente a Biden y su ya clásico: “Pay more”.
- Contexto y reglas: la innovación y las iniciativas personales deben ser recompensadas, nunca castigadas, si quieres motivar el compromiso con el cambio. Delegar en el equipo y flexibilidad para tomar decisiones que mejoren la productividad son otros vectores del mapa de cultura.
- Personas: el trato y el feedback positivo con la plantilla, poniendo la experiencia del empleado en el centro, puede ser facilitador o bloqueador, según cómo y cuándo se utilice.
- Liderazgo: igualmente el ejemplo del líder puede conllevar el impulso como facilitador del cambio o bien obstaculizar funcionando como un bloqueador. Es todo un arte encontrar la distancia justa en un exitoso liderazgo.