Aunque a primera vista parezcan las iniciales de una abreviatura de un mensaje de texto del móvil, este acrónimo representa una herramienta muy útil para el control de la calidad en cada área departamental. Responde a las palabras en inglés total quality management, habitualmente traducido por gestión de la calidad total. El objetivo es reducir costes derivados de productos defectuosos y aumentar la eficiencia en la producción y estrategia empresarial, separando la ejecución de la planificación, inspección y mejora.
Principios de la gestión de la calidad total
El liderazgo implica manejar los procesos dentro del conocido ciclo PHVA, es decir, planificar, hacer, verificar y actuar. Si hasta mediados del siglo XX este control se había aplicado al producto, será a partir de entonces cuando comience a cobrar significado el TQM. Este concepto de calidad requiere de servicios de soporte y de la coordinación de todas las áreas de la compañía.
Existen conceptos relacionados como el método Kaizen o mejora continua desde un enfoque global. Pero lo que tienes que ver claro es que el TQM busca la calidad integral de los procesos y sistemas. Por eso, como criterio general, aquí tienes 5 principios básicos del TQM:
- Producir con calidad a la primera.
- Procesos enfocados al cliente.
- Estrategia alineada con el mercado.
- Mejora y crecimiento continuo.
- Comunicación, participación y coordinación entre toda la plantilla.
¿Cómo se integra el TQM en la empresa?
Una de las claves está en la elección del proveedor. Si la compañía ofrece la máxima calidad, consecuentemente va a buscar, en su condición de cliente, el mismo nivel cuando establezca una relación con proveedores. Así, no se trata de elegir al más demandado, sino el que se ajuste a las necesidades de la organización y sus estándares de calidad.
Otra de las columnas que sostienen el TQM es la comunicación interna. Es necesario que toda la plantilla, a todos los niveles, trabaje en la misma cultura de mejora continua transversal a cada departamento. Para ello, cada empleado debe asimilar como propia la misión y visón de la empresa.
Esta mejora continua, relativa al método Kaizen, busca eliminar la sobreproducción, el exceso de inventario, duplicar trabajo, el transporte innecesario, los tiempos de espera innecesarios y los fallos o reparaciones.
Cabe señalar, para evitar confusiones, que aunque el TQM y la norma ISO 9000 parten de un enfoque equivalente, no responden a las mismas necesidades ni obtienen los mismos resultados. El TQM presta atención al compromiso de la gestión, el cambio cultural, la formación de la plantilla y la observación de las expectativas de los clientes. A diferencia de estas líneas de trabajo, la ISO 9000 conlleva la consecución de un certificado de calidad y se limita a la gestión por procesos y satisfacción del cliente.
Formación y evaluación en TQM
Por último, para una progresiva y correcta implantación del TQM puedes aplicar el enfoque 6 sigma:
- Enfoque proactivo con una estructura descentralizada.
- Uso estructurado de herramientas estadísticas para la ágil localización de incidencias.
- Forma al personal para el desarrollo de los instrumentos necesarios.
- Es clave recopilar datos preciosos y enfocar objetivos claros.
- Busca la causa inicial y elabora la estrategia necesaria para no repetir errores.