Existen una amplia variedad de tipos de contratos dependiendo de la situación del trabajador y las necesidades de la empresa. Por eso es importante que conozcas en profundidad cada una de las alternativas, y hoy vamos a hablarte de las bonificaciones por contratos de prácticas y a explicarte en qué consisten.
¿Qué es un contrato de prácticas?
Un contrato de prácticas está pensado para recién titulados, siendo su objetivo principal que estas personas puedan adquirir experiencia en el mercado laboral. Sin embargo, es importante señalar que no sirve cualquier tipo de experiencia, sino que esta ha de estar aplicada a los estudios que ha cursado el nuevo empleado.
¿Quién sale beneficiado de todo esto? En primer lugar, la persona que entra a trabajar en la empresa empieza a desarrollar su experiencia laboral y a ampliar sus conocimientos en el sentido práctico. Por otro lado, para la empresa el trabajador en prácticas, al igual que los becarios, son como un diamante en bruto, ya que puede darle formación y enseñarle todo lo que ha de saber sobre el puesto de trabajo para luego ofrecerle otro tipo de contrato. Además, la compañía se beneficia de una serie de bonificaciones que vamos a explicar a continuación.
¿Qué bonificaciones tiene la empresa por ofrecer contratos de prácticas?
Lo primero es que la empresa ve reducida la cuota por contingencias comunes que paga a la Seguridad Social en un 50 % si el contrato de prácticas es para alguien por debajo de los 30 años. También se aplica dicha bonificación si la persona contratada tiene menos de 35 años y una discapacidad física de como mínimo del 33 %, reconocida por las autoridades pertinentes. Puede darse el caso de que la persona contratada estuviera inscrita en el Sistema Nacional de Garantía Juvenil; este es el escenario ideal, pues la empresa tendrá un 50 % adicional de bonificación.
¿Qué sucede si el empleado hubiera hecho antes prácticas no laborales o hubiese tenido un contrato de becario en la misma compañía? Esto también está reconocido en el sistema de bonificaciones, ya que entonces la cuota pasa a reducirse en un 75 %.
Por último, hay que destacar que lo ideal en estos contratos de prácticas es que la persona que se beneficia de ellos pase luego a formar parte de la empresa con otro tipo de contrato. No siempre es así, pero ésta sería la situación deseada, y por eso se conceden bonificaciones cuando la persona pasa a tener luego un contrato indefinido. Esta es de 500 euros anuales cuando el empleado es un hombre y de 700 euros al año cuando es una mujer, una condición que se mantiene durante los tres primeros años del contrato.
Estas son las bonificaciones que puede aprovechar tu empresa si ofrece contratos de prácticas a jóvenes recién titulados. Ya ves que, si las cosas se hacen bien y ofrecéis realmente una formación al trabajador, ambas partes podéis sacar beneficio de esta situación y puede ser el inicio de una larga relación laboral.
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