Un autónomo, por definición, es un trabajador que asume riesgos pero que cuenta con una independencia que le confiere libertad de horarios y de decisión. No obstante, en los últimos años, ha proliferado la figura del falso autónomo, promovida por algunas empresas como una alternativa para ahorrar impuestos.

En este artículo te explicamos en qué consiste ser un falso autónomo y cuáles son las diferencias que presenta con respecto a un freelance. Del mismo modo, te aclaramos si esta figura es legal o no según la legislación española.

Falso autónomo o freelance

Un falso autónomo es un trabajador que tiene una relación de dependencia orgánica con la empresa. Esto ocurre porque está integrado en su estructura productiva, lo cual le obliga a cumplir con una serie de horarios pautados.

Por su parte, un freelance por su parte es una persona que trabaja para sí mismo y presta servicios a terceros a cambio de una remuneración económica, pero se rige por sus propios horarios ya que no tiene dependencia orgánica de la empresa.

La única diferencia que tiene el falso autónomo, con respecto a un trabajador por cuenta ajena, es que cotiza como autónomo, de modo que la empresa se ahorra el coste en cargas sociales.

Esta situación genera una serie de diferencias palpables con el resto de los autónomos, incluso con aquellos que son económicamente dependientes (TRADE). En España, se calcula que aproximadamente el 3,15 % de los autónomos se encuentran en la situación de falsos autónomos, puesto que es una figura laboral que ha ganado peso los últimos 15 años.

Características del falso autónomo

¿Es legal la figura del falso autónomo?

La respuesta está muy clara: no. Un autónomo puede tener un solo cliente y puede ser económicamente dependiente, pero no estar ligado en exclusiva a una empresa en lo concerniente a la organización de sus horarios.

Otro problema que tienen los falsos autónomos es que no pueden rechazar un trabajo porque serían automáticamente despedidos, por lo que no hay diferencias prácticas con las obligaciones de un trabajador por cuenta ajena.

De hecho, si un falso autónomo puede demostrar que, por sus características, su vinculación laboral con la compañía debería estar encuadrada en el Régimen General, tendría derecho a que se le reconociese su antigüedad y se le diese de alta como indefinido.

 ¿Cómo tienen que gestionar las empresas a los falsos autónomos?

Un responsable de Recursos Humanos ha de saber que, si bien es legal que un autónomo reciba su remuneración íntegra de un solo cliente, hay aspectos que no se deben permitir. Hay que tener claro que un autónomo no estará obligado a fichar en la empresa ni a trabajar en un determinado horario. La idea, pues, es que el autónomo lo sea de forma real, y no a través de una treta para pagar menos impuestos.

El consejo es tener claro desde el principio las necesidades de personal de la empresa y que éstas se adapten a la legalidad vigente. En este sentido, si necesitas trabajadores por cuenta ajena todos los días, hay que utilizar el contrato de trabajo convencional, mientras que si necesitas proyectos puntuales, es ahí donde puedes contar con un freelance o un autónomo.

 Conclusión

La del falso autónomo es una figura que han venido promoviendo algunas empresas con el objetivo de reducir costes. No obstante, se trata de un fraude de ley, puesto que la legislación no está concebida para esta situación sino para empoderar al trabajador. Por otro lado, mantener al personal en estas condiciones no es la mejor opción si quieres tener empleados motivados.

En este sentido, es muy importante que el departamento de Recursos Humanos tenga clara la función de un trabajador autónomo o freelance para no generar la figura del falso autónomo en la empresa generando situaciones ilícitas.