Después de muchos años trabajando, y según las últimas decisiones del Gobierno cada vez más, llega la jubilación pero ¿estamos preparados para ese momento? ESADE y la Fundación Edad & Vida se han planteado esta pregunta y han realizado un estudio para conocer cuál es el comportamiento de los ciudadanos españoles respecto a las necesidades de ahorro y previsión para la jubilación.
En nuestro país, el estado garantiza a través de la seguridad social, y mediante un sistema de pensiones solidario, retribuciones de subsistencia y de atención sanitaria de forma universal para todos los ciudadanos. El sistema público de pensiones es solidario, en el sentido que las aportaciones no se capitalizan para cada individuo proporcionalmente a su aportación y solidario también entre generaciones, porque las aportaciones corrientes sirven para proveer las pensiones de las generaciones procedentes. Ello puede generar que lo que una persona reciba a lo largo de su jubilación no sea proporcional a las contribuciones realizadas. Por otro lado, puede ser frecuente que lo que una persona perciba del estado a lo largo de su jubilación no sea suficiente para que ésta mantenga el nivel de vida adquirido durante su vida en activo. Si a esto se añade que en nuestro país el número de personas mayores de 70 años llegará a duplicarse en el año 2050, difícilmente podrá mantenerse el actual sistema de reparto si no se fomenta en los ciudadanos una conciencia más proclive al ahorro para la jubilación.
Los resultados del estudio hacen necesaria una reflexión por parte tanto de los ciudadanos como de la administración pública y las entidades financieras.
Conclusiones
● La falta de previsión de la población española frente a la jubilación es alarmante. Los ciudadanos parecen ser conscientes de las limitaciones del actual sistema público de pensiones pero de forma incoherente muestran una falta de interés bastante generalizada. Esta falta de interés por la previsión es consecuencia de un optimismo de base, que les lleva a pensar o bien que no es el momento de preocuparse del tema o bien habrá algún tipo de solución cuando les llegue el momento de la jubilación.
● La cultura del ahorro está poco extendida, únicamente los grupos de mayor edad acreditan actitudes y comportamientos alineados con unos hábitos conservadores. El grueso de la población muestra comportamientos de consumo orientados al corto plazo.
● El sector financiero y asegurador en su conjunto, a través de una mayor orientación al asesoramiento de los clientes, puede facilitar la creación de una cultura a favor del ahorro para la jubilación y hacer que los ciudadanos tomen conciencia sobre la necesidad de ahorrar para evitar problemas financieros en su jubilación.
● El discurso de la administración, en lo que al sistema público de pensiones se refiere, ayuda a inhibirse a los ciudadanos en su responsabilidad personal, pero tampoco es totalmente creíble.
Recomendaciones necesarias
● Un replanteamiento serio, urgente y profundo del sistema de pensiones que incluya iniciativas practicadas en otros países, Reino Unido o Suecia, en los que se han creado mecanismos que propician el ahorro para la jubilación, más allá de las cuotas a la seguridad social.
● Un cambio en los mensajes transmitidos a los ciudadanos desde los poderes públicos con el fin de trasladarles una mayor responsabilidad en la necesidad de ahorrar para la jubilación.
● Las entidades financieras deberían ampliar su modelo de asesoramiento al cliente en la búsqueda de soluciones adecuadas a cada caso, acompañando al cliente en el itinerario de su vida desde los primeros ingresos hasta la administración de los fondos y patrimonio después de la jubilación.
● Finalmente, la promoción de valores basados en la cultura del esfuerzo, del ahorro y de la responsabilidad es una tarea de país, que debe abordarse con urgencia. Es necesario empezar en edades tempranas en las que se crean valores y patrones de conducta.
Un artículo cierto e interesante, sin embargo el auténtico problema reside en que la mayoría de la población española no dispone de capacidad de ahorro porque todo lo que entra en relación a salarios o prestaciones sale en forma de pago de hipoteca o alquiler, alimentación, guardería, equipación infantil, facturas de suministros, impuestos y contribuciones, transporte hacia/desde el puesto de trabajo, mantenimiento del hogar, vestuario formal (en ocasiones obligatorio por el puesto de trabajo) e informal… Es decir, no es ya que los gastos no sean proporcionales a los ingresos, sino que están supeditados a ellos, y eso para conseguir sólo lo más básico (nótese que no he incluido en la lista de gastos ni vacaciones ni siquiera regalos de cumpleaños o navidad…). Por lo tanto, la verdadera razón por la que el español medio no ahorra para su pensión es porque no puede. Lo cual es mi caso y el de mucha gente a mi alrededor, y los pocos ahorros se destinan a la renovación de equipos del hogar como por ejemplo lavadoras, las cuales se estropean ocasionalmente, o a posible necesidad médica, como una ortodoncia o una silla de ruedas, por considerar lo más básico.
Ruego por lo tanto que dejen de insinuar y acusar abiertamente al español medio de no poseer sentido del ahorro, pues muchos sí lo tenemos y nos gustaría ejercerlo, sin embargo nos hemos visto forzados a dejarlo a un lado y a vivir pendiendo de un hilo, primero por la desproporción de salarios respecto al coste fijo de vida, y segundo por la precariedad laboral que nos deja meses sin percibir un euro.
Gracias por su atención y confío en que alguien, si no usted, se atreva a decir la verdad y se dejen de tanto cerrar los ojos e ignorar la realidad.