Las cosas suceden, de una manera u otra. Y supongo que muchos de vosotros ya caísteis en la cuenta de que parte esencial de este proyecto, del que estamos hablando desde hace cuatro entregas, es la carta de presentación. Sobre ella estuve hablando, sin nombrarla, en el capítulo anterior. Aunque lo ideal es no referirse a ella por su nombre. Algo parecido a cuando los de la Tierra Media hablaban Sauron (El Señor de los anillos, de J. R. R. Tolkien). O con idéntico pesar citaban al señor oscuro (Voldemort) los personajes de la serie de Harry Potter (de J. K. Rowling).
Es algo que sabemos que está ahí, pero que no sabemos muy bien qué es (o cómo se hace).
Siempre he dicho que los parecidos son horribles. Y en este caso, si cabe, más aún. La verdad sea dicha, es importante saber cómo dirigirse a la gente. Sobre todo cuando a quien te diriges es un completo desconocido y debes de transmitirle en menos de veinte líneas todo tu savoir faire.
Organización.
Recuerdo cuando empezaba a escribir en este sitio allá por el mes de enero. Tejía frases cortas y llenas de sentido por sí mismas. Intentaba esbozar pequeños argumentos, que resultaran ser suficientes para animar a cualquiera a tomar las riendas de su futuro, y a encaminarse hacia nuevos retos.
Cada paso que damos forma parte de un todo. Bien sea en el mundo real, o en las redes sociales. Apenas sí hay diferencias entre ellos, aparte de las formas, y de los medios que se utilizan para conseguir alcanzar el objetivo: que no es otro que conseguir que se fijen en nosotros y que nos presten atención como profesionales.
En mi periplo como analista de redes sociales vengo dándome cuenta del auge que están experimentando las redes especializadas en geolocalización. Hemos hablado en el blog (tanto por mi parte como por la de otros autores) de Foursquare. Pero hay otras como lugares, places, o sitios (de Tuenti, esta vez). Parece estar claro que el lugar que ocupa cada cosa empieza a llenar espacios en el hiperespacio. Y que la geolocalización puede favorecer la búsqueda y localización de un puesto de trabajo.
Lo que se vislumbra es que el trabajo de prospección que debemos de hacer a través de las redes sociales, no debe de ceñirse únicamente a buscar un tesoro escondido y recóndito. Tienen tanta importancia, o más si cabe, lo que recogemos a lo largo del sendero. Los contactos que vamos haciendo. Las alianzas que vamos tejiendo al caminar.
Y tan importante como los contactos, o como los grupos y asociaciones, lo son las empresas. Esas grandes desconocidas a las que sólo acudimos para obtener información en el momento en que debemos de saber más cosas de un determinado puesto de trabajo.
El error está en no hacer un seguimiento de ellas rutinario. Algo que las redes sociales, en concreto LinkedIn puede ofrecernos sin demasiado esfuerzo. Y es que todo el trabajo depende de quienes esbozan y componen el perfil empresarial de cada sociedad. Y, en teoría, a los usuarios nos corresponde la tarea de estar al día con las novedades que presentan, con los cambios que se suceden en ellas, y con las publicaciones que se suceden cada cierto tiempo.
LinkedIn cuenta con dos herramientas poderosas para poder realizar este seguimiento:
Por un lado, tenemos el propio buscador de la red social. Una utilidad desde la que podemos conectar con las empresas dadas de alta y a las que luego seguiremos, una vez encontradas.
Pero trabajar así, indagar o hacer prospección de esta manera, es más dar palos de ciego y navegar a tientas, que forzar una acción productiva y resolutiva.
La parte más interesante es la notificación del correo. Al recibir un correo electrónico de LinkedIn, con información de un nuevo contacto -y según qué contacto- contamos con la sugerencia de entablar relación con personas del entorno de nuestro recién incorporado conocido. Y justo debajo, una relación de hasta cuatro empresas con las que dicho contacto tiene relación. Y son precisamente esas, a las que podemos seguir, de manera ordenada, y con cierto sentido común. Sobre todo porque esas empresas son aquellas con las que nuestros contactos de primer orden tienen vinculación directa. Y por tanto, pueden conocer a alguien de dentro que pueda pasarnos información de primera mano.
Y porque siguiendo a esas empresas, podemos ser receptores de información privilegiada sobre ofertas de empleo, novedades en cuanto a por dónde pueden dirigirse sus sinergias y sus estrategias, convocatorias… Es decir, podemos tener muchos datos en poco tiempo.
De todas las cosas con las que se puede mercadear, la que siempre tendrá más valor es la información. Y saber cómo aprovecharla nos facilitará réditos de incalculable potencial en nuestras futuras transacciones: tanto las laborales, como las económicas.
Es hora de hacer trueque.
@AntonioVChanal
Coach y Formador en Redes Sociales
Lo que realmente, SIEMPRE HA FUNCIONADO, es el contacto entre empresa y trabajador, señor Vallejo.
Ahora, otra distracción más, las redes sociales.
Mire usted, lo que hace falta, es MAYOR CLARIDAD de lo que necesitan
en los procesos de selección, además de que los reclutadores no se dediquen a eliminar
perfiles por el bajo valor DE SUBVENCIÓN, porque claro, ahora se contrata en base a qué subvención percibe la empresa por el empleado contratado, ¿o usted me lo va a negar?.
Se cobra por CONTRATAR, por deducciones a las cotizaciones de SS y subvenciones de las CCAAA.
¿DE QUÉ ME VALE INSCRIBIRME A PROCESOS, SEA CUALFUERE EL MEDIO, SI ME DESCARTAN PORQUE TENGO MÁS DE 45 AÑOS?.
¡¡¡¡ Como se nota que no llevva más de 1.200 horas buescando empleo desde febrero, MACHOTE!!!
Como bien dice el Sr. Gabriel, las empresas se aprobechan de todo y no hay nadie que las controlen, piden un administrativo y contratan a un Economista para que para quitar puestos de trabajo a personas preparadas y pagar una miseria a licenciados, eso es desastroso para nuestra Economía ya que infravaloramos todo y no tenemos la osadía de ponernos en pie para que estas circuntancias no vuelvan a pasar.
Yo tengo 35 años y llevo 2.5 años buscando un empleo hasta de limpiadora que es un trabajo digno y ni por esas, que debemos hacer para que las empresas recapaciten y si piden un delineante que lo contraten y no contraten a un arquitecto para que les resuelva las papeletas con un contrato de delineante que si es así daran más trabajo por contratar a los dos y de esta forma recuperar El paro que existe en nuestro pais.
No es plan de indignarse con nadaie sino con las empresas ó los organismos que competan, somos nosotros los únicos culpables por permitirlo.
Me parece interesante el articulo del Sr Vallejo al igual que me resultan interesantes las intervenciones de los lectores. Sobre todo, porqué aclaran algo en que poca gente o nadie, del mundo del periodismo, suele fijarse: la gran distancia que hay entre el mundo de las empresas que leemos aquí o en Expansión o en Capital, y la vida real.
Por ejemplo, he leído muchos artículos en que se dan consejos a ingenieros jóvenes con 4 grados y masteres y años de experiencia en empresas internacionales y 4 idiomas fluidos. Pero… ¿es que nadie se da cuenta que en un país normal menudos profesionales tendrían que trabajar sin ni la necesidad de leer un articulo que le muestren como buscar trabajo?
Seremos los menos cualificados los que necesitan más consejos y más seguimiento, digo yo.
Otro ejemplo: en este país todo periodista habla de Linkedin. ¿Cuantas empresas buscan profesionales en España por medio de Linkedin? ¿3, 4 quizás? Vamos, el mundo real es muy diferente de lo que nos ponéis por escrito a diario.